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General: Recomiendo un libro
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De: Laura Frias (Mensaje original) |
Enviado: 03/02/2016 15:36 |
Mi proveedor de libros es el Bibliometro, ya que en mi casa no hay más espacio para ellos, entre otras razones de $.
Este se llama: TODO SANTIAGO, crónicas de la ciudad, por Roberto Merino.
Indispensable para un santiaguino que haya recorrido sus diversos barrios antiguos. Un encantador recuento de lugares, picadas, leyendas urbanas y toda clase de detalles recopilados a través de crónicas publicadas en periódicos.
Pero eso no es todo: lo genial es el contrapunto que se muestra entre el autor y un lector o lectora que se permitió anotar sus observaciones con lápiz en prácticamente todas las páginas del libro del ejemplar que leí.
Lo recomiendo.
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De: diana72 |
Enviado: 03/02/2016 15:42 |
Laura, eso es lo rico de leer un libro, tener con quien comentar los pasajes buenos o malos. Porque siempre habrá aspectos entretenidos o no tanto ... ahora, lo difícil es encontrar un interlocutor
que nos apañe.
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Ami me encanta leer, ese libro no lo conocia, gracias por la información
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De: paty |
Enviado: 04/02/2016 17:52 |
Gracias por el dato Laura. También el Bibliometro me provee de libros, además de las bibliotecas de la Mun. Providencia y la Biblioteca de la Caja Los Andes.
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De: ANNY 42 |
Enviado: 04/02/2016 18:31 |
Gracias Laura por la recomendación, fuí una asidua lectora de todo lo que llegaba a mis manos y de todo lo que me recomendaban, no se el motivo pero últimamente he perdido total interés en la lectura de pronto una de las causas puedes ser mis problemas visuales, incluso ya me cuesta entrar al grupo, debo ir al oftalmólogo para que me recete nuevos lentes.
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De: diana72 |
Enviado: 11/02/2016 23:41 |
Hoy leo menos, hace poco compré El amante japonés de Isabel Allende . Me intrigaba el revuelo que estaba causando, pero, lo encontré francamente poco leíble. A ratos lo tomo , lo leo un rato y no consigue entusiasmarme. No sé si sólo por desgano, pero no le encuentro el clic. Pero, confieso que no todos los libros de la autora me han gustado, como por ej. cuando intenta con un relato detectivesco, o aventuras juveniles ... no, realmente me arrepentí de comprar esos libros de Isabel.
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Gracias por el comentario, Diana.
Encontré El amante japonés en PDF e intentaré leerlo, aunque lo encuentro más incómodo que leer un libro impreso. Digo "intentaré", porque sólo leo en la noche y ya en cama. Confieso que no me agrada mucha la autora, porque siempre parece que su nuevo libro hubiera sido encargado por un editor. (Como ocurre con tantos escritores de éxito). |
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De: diana72 |
Enviado: 18/02/2016 19:12 |
Leo por segunda vez, El libro de arena", de Jorge Luis Borges, compendio de varios relatos fantásticos, que no me recuerdan nada que haya leído antes. Qué agradable sumergirse así en la lectura. Lo recomiendo. |
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No, no es una recomendación de libro, sino un comentario que encontré en archivos sobre los primeros libros leídos.
El primer libro que recuerdo fue “Dos años de vacaciones” de Julio Verne. Unos muchachos de Nueva Zelanda, en viaje en barco por vacaciones, encallan en una isla desconocida. Tienen distintas personalidades y deben sobrevivir en un medio hostil e incluso hacer frente a un grupo de piratas que llegan a refugiarse al mismo lugar.
La descripción de sus hallazgos a medida que pasan los días y el comportamiento de los muchachos me hizo leerlo varias veces e imaginar mis reacciones ante una situación semejante.
También “La guerra y la paz” de Tolstoi, que leí y releí durante un buen tiempo y después otros libros de mismo autor, pasando a Dostoievski, Turgueniev, Gorki, deteniéndome en éste último.
Otro libro que causó impresión entre los adolescentes, fue “Demian” de Herman Hesse porque abría un camino para la búsqueda espiritual y también y por otras razones, las novelas de Panait Istrati (de quien ya casi nadie se acuerda). Éste último le he leído de nuevo, pero ya ha perdido su poder para encantar a una adulta.
Entre los libros para niños que recuerdo, el mejor fue “El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia” de Selma Lagerlöf, obra didáctica que aún se lee con agrado a pesar de ello.
Uno de los pocos antiguos libros que conservo es “La expedición de los diez mil” de Jenofonte (nadie se interesó por llevárselo), muy entretenido y vívido.
También leí a Pearl Buck, me parecia fascinante.
Otro tesoro de la juventud fue Anatole France, especialmente, “La isla de los pingüinos” y “La rebelión de los ángeles”.
Después: Henry Miller, especialmente para ver el mundo a través de los ojos de un hombre.
Uno de los favoritos: Nikos Kazantsakis, me parece que leí todas sus novelas. Lástima, a alguien más les gustaron, por lo que no me queda ninguna.
Para conocer otras culturas; novelas y cuentos de Chinguis Aitmatov.
Una obra que me escandalizaba en el colegio por las bárbaras normas de la época: “Poema del Mio Cid”.
Favorita de la adultez: Marguerite Yourcenar. Trataré de leer lo que de ella me falta (que es mucho).
De los poetas, por orden de primera impresión: Jorge Manrique, Rabindranath Tagore, Antonio Machado, P. Neruda, W. Whitman, J.L. Borges.
Pero, al día de hoy, recomiendo dos obras de Anatole France, autor que ya nadie recuerda, pero una personalidad notable, además de premio Nobel. Destaca el haber apoyado totalmente a Zola y su "Yo acuso" sobre la falsedad armada sobre Dreyfuss. Incluso, renunció a todos los honores oficiales recibidos, para solidarizar con él. Sus mejores novelas son: La isla de los pingüinos, una sátira insuperable sobre la historia de Francia, y La rebelión de los ángeles: simplemente genial.
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Alondra, novela de Dezsö
Kosztolanyi. (1885 – 1936)
Visité con pocas esperanzas la exigua biblioteca de la
comuna. Por casualidad encontré esta novela y pasé un buen momento con su
lectura.
El tema es simple: un matrimonio de ancianos va a la
estación a despedir a su única hija de 36 años, soltera, que viaja por una semana al campo. Lloran al
separarse, creen que la ausencia les parecerá eterna.
Sin embargo, no será así. Descubrirán los pequeños
placeres de la vida que tenían sepultados, acomodándose a las preferencias de
la hija, hasta que llegará el temido momento de quitarse las máscaras y hablar.
Excelente relato de los pequeños actos cotidianos en
una ciudad polvorienta y sin importancia en Hungría durante el dominio de los
Habsburgo.
Las únicas distracciones son el teatro, los
restaurantes, el juego de cartas y la música de los gitanos.
Copio unos pequeños párrafos que dan una idea del
vuelo evocador de ella:
“Istvan Karasz dejó de comer. Al oír aquella música,
se recostó en la silla, dejó caer los brazos y se concentró en la melodía con
la mirada perdida y las venas de la frente hinchadas. Pese a su aparente
indiferencia, entregaba su corazón al cíngaro para que extrajese de él su
contenido, para que lo acariciara y curase; y lo hacía con una actitud relajada,
de despreocupación, como quien ofrece sus pies al pedicuro. Confiaba más en
aquel cíngaro que en Gál, su médico de cabecera.
El primer violín, por su parte, actuaba como se
esperaba de él, torturaba su instrumento, lo maltrataba, lo hería con dulzura,
como al fiel sirviente que era. Al cabo de unos minutos, por efecto de la
música, unas gruesas lágrimas asomaron a los ojos del terrateniente y se
deslizaron por sus morenas mejillas. ¿Por qué lloraba? Sárszeg y sus alrededores le pertenecían,
era propietario de miles de hectáreas. ¿Qué recuerdos de su boda, qué ilusiones
muertas y enterradas evocaba aquella música?
......Ladanyi dirigía la mirada directamente hacia
Viena, con la tristeza de cuatrocientos años de dominación austríaca dibujada
en su rostro.....
...... Kostyal buscaba pelea.
....Incluso Básta, el conserje, había olvidado sus
deberes castrenses, no se mantenía en posición de firmes sino que – puesto que
también él era un húngaro de Transilvania – se enternecía fraternalmente, junto
con los demás.
Los camareros andaban de puntillas. Intuían que estaba
ocurriendo algo extraordinario y que no debía interrumpirse por nada del
mundo.”
El estilo de esta novela es simple, no sobran
palabras, por algo el autor fue periodista durante la mayor parte de su vida.
La recomiendo.
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