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General: Esperando el mañana
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De: diana72 (Mensaje original) |
Enviado: 02/04/2016 16:06 |
Mitigar el dolor de la soledad en el ser humano.... es difícil. El apuro, las múltiples tareas, la desidia , son obstáculos . Pero el abuelo,a, está doblemente solo: ya no trabaja, y cada vez es menos apreciada su cercanía, se convierte así en un solitario,y no sólo físicamente, sus ideas tampoco le interesan a nadie, se le escucha casi por obligación o con cierta condescendencia, y lo que es peor , a medias, con la cabeza puesta en otro lado. Así van perdiendo el sentido de la amistad, cada vez participando menos del devenir diario . Socializar es una palabra que ya perdieron de vista. Se vuelven taciturnos, reconcentrados, indiferentes. Parecen no sufrir por la desconexión en la vida familiar y social ; finalmente aceptan la marginación y se vuelven callados y lejanos.
El extraño encanto de vivir en soledad, les envuelve y les ahoga imperceptiblemente como si fuera lo único que pueden esperar en este recodo lento y silencioso de la vida y el tiempo se alarga casi hasta desaparecer, lo que hablan los otros les llega en sordina, como una música de fondo de alguna película antigua. Así caen en el espiral que significa vivir que es nacer, crecer, llegar a la cúspide y empezar lentamente, a caer , poco a poco en el abismo. Cada vez hay más gente con mucho más de setenta años, pero también cada vez hay más gente silenciosa, viviendo un estrecho mundo de soledad y carencias afectivas, monótono y cruel. Es cierto que hay clubes de gente mayor, pero son pocos, y a muchos no les atrae hacerse parte , siendo notoria la ausencia de varones . Ellos porfiadamente prefieren seguir en soledad .... esperando el mañana .
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De: kibo |
Enviado: 02/04/2016 17:05 |
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Me
preparaba para acostarme con mi taza de manzanilla para la noche, pero me
quedó dando vueltas este asunto de la soledad. Hice entonces un desarreglo. Me
serví una copa de triple sec y abrí un envase de huevitos de chocolate que me
regalaron.
Por
un tiempo, asistí a un par de talleres que los municipios organizan para los
viejecillos. No permanecí mucho tiempo, pues son bastante pobres, al menos en
mi comuna. Poquísimos hombres, los que asisten van, por lo general, con sus esposas. Cuando concurren solos, se sienten extraños en
medio de tantas mujeres que, con demasiada frecuencia, los abruman con
indirectas. Uno de los pocos hombres solitarios que conocí era un querido
compañero y amigo recién fallecido. Viudo, vivía solo en compañía del “Pitufo”,
un perrillo recogido de la calle, que le había dejado de recuerdo una mujer que
no aceptó su propuesta de vida en
pareja. Todos lamentamos la situación, pero jamás se lo comentamos. No es fácil
la vida solitaria para los ancianos. Quizá no importe tanto que los familiares
no les hagan mucho caso, pues, por lo menos, tienen la ventaja de tenerlos
cerca. Por indiferentes que sean, están.
Cuando
mi padre cumplió los 85, ya ciego y con una avanzada escoliosis, sus familiares
le sugerimos contactarlo con otras personas de edad similar. No aceptó la
sugerencia, suponiendo que no tendrían de qué conversar. Él había sobrevivido a
todos sus amigos y no tenía, al parecer, esperanza alguna de conocer otros con
quienes sentir alguna afinidad.
Pero
siempre hay sorpresas. En la lejana comuna donde vinieron a parar mis huesos,
he conocido gente valiosa de manera inesperada: un zapatero de barrio que
escribía cuentos estimulantes, un cantante-poeta-cuentacuentos-gurú y sanador,
estilo Florcita Motuda, que baila cueca en el funeral de sus amigos (porque así
se lo pidieron), una profesora de lenguaje transformada en poeta después de
jubilar, un dirigente social de toda la vida, poeta y cuentista, luchador en
pro del bien común de los más necesitados y un gran número de gente generosa, altruista
y luchadora por sus ideales. También está la diaria lucha contra los ataques
del exterior: perros y gatos envenenados desde la calle, basura en el patio,
robos, asaltos, voces soeces en la noche, huellas de la guerra entre escolares,
maquetas y cuadernos escolares destrozados y lanzados a mi patio; huellas de
violencia por doquier. Pero prima en la balanza, la labor anónima de muchos,
que observan estos hechos y hacen lo posible por desviar la atención de los
jóvenes hacia otros objetivos y a veces, solo a veces, lo logran. Bien vale el
esfuerzo.
Volviendo
a la soledad. Si queremos diálogo, contacto, intercambio de ideas, tenemos una
herramienta que nuestros mayores jamás tuvieron a su alcance. Éste,
precisamente este medio de comunicarnos con nuestros pares. Entonces, ya no
estamos solos, pues logramos compartir nuestros pensamientos con otros en
similares condiciones. Quizá nunca nos veremos, pero logramos conectarnos y eso
es lo importante.
Ya
voy en la segunda copita de triple sec y ya han disminuido los chocolates.
¡Salud!
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De: paty |
Enviado: 03/04/2016 20:04 |
La soledad...esa compañera de los ancianos y sobre todo si son varones. El edificio en que vivo tiene después de la reja principal y de la conserjería unos jardines y dos bancos que miran hacia dichos jardines.
En las tardes y cuando el tiempo está bueno, se sientan allí algunas mamás mientras sus pequeños juegan en uno de los jardines en que después de ganar una demanda les está permitido jugar. Tres mujeres (una jueza, una psicóloga y una socióloga), interpusieron una demanda porque además de molestarles el ruido de los niños , el edificio "perdería plusvalía". Se discutió el tema en asamblea y se fue a juicio.
A ciertas horas, los bancos también son ocupados por un par de ancianos que toman el sol, leen o conversan entre ellos. Y en la asamblea en que se discutió el tema de los niños, fueron ellos los que más los apoyaron . Uno de ellos discapacitado y que vive solo , pidió la palabra y decía : " cuando yo no escucho las risas de los niños , le pregunto a mi asistenta ¿qué pasa que los niños no han llegado a jugar?.
Creo que este micro sistema de barrio que se dá en mi edificio , en algo aminora la soledad de los ancianos.
En días helados o con lluvia los bancos están vacíos y ellos se deben sentir más solos en sus departamentos. |
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De: diana72 |
Enviado: 04/04/2016 19:30 |
Chicas, muchas gracias por sus respuestas. Me encanta que me confíen cosas que han vivido o han observado, son vivencias muy valiosas que nos hacen seguir el día a día con más confianza.
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Hola Diana,despues de estar ausente por un tiempo,mealegre de ver que aun estas aqui,reconoci otros
nombres tambien,.Un buen tema la soledad en las personas de edad avanzada,es triste estar solo
,pero es tan comun que no nos damos cuenta,de las personas que nos rodean ,la sufren..cariñossss |
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De: diana72 |
Enviado: 05/04/2016 21:30 |
gracias Selena, por saludarme y leerme, nos seguiremos viendo acá, si Dios quiere.
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De: ANNY 42 |
Enviado: 06/04/2016 01:51 |
Es triste la soledad y más triste es la soledad en compañía, tener a tu alrededor gentes que muchas veces son familiares ,pero no te llenan o no te llegan y muchas veces te ignoran.
Eso es algo que se ve muy a menudo, y no es cosa de clase social se ve en todo ámbito.Como también es muy triste cuando tus compañías son por el interés muchas veces de una fortuna que quieren que les heredes.
La soledad de los adultos mayores es un tema que da para mucho |
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