Un matrimonio, que llevaba 10 años de casados, tenía una buena vida sexual, excepto por el hecho de cada vez que tenían sexo el marido siempre insistía en apagar la luz, de manera de tener total oscuridad.
Aunque al principio no hubo ningún inconveniente con este pedido, luego de 20 años de matrimonio, la mujer pensó que ya no había necesidad de apagar las luces y decidió romper con ese loco hábito de su marido.
Una noche, mientras estaban en el medio de un momento romántico y pasional, la mujer decidió encender las luces.
Cuando miró a su marido notó que éste estaba sosteniendo una especie de aparato para dar placer. Furiosa, la mujer le dijo a los gritos: “¡Bastardo impotente! ¿Cómo pudiste mentirme por tantos años? Más vale que tengas una explicación para semejante engaño…”
El hombre miró a su esposa a los ojos y con mucha calma le dijo
:“Yo te explico lo del juguete si tú me explicas lo de los niños…”
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