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General: Años dorados
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De: diana72 (Mensaje original) |
Enviado: 05/07/2016 02:06 |
Años dorados
Vivir esta situación de vida, es difícil, pero, de que hay un maltrato agazapado, lo hay y lo repiten los medios : descuido por omisión, interés encubierto cuando lo monetario lo amerita, en fin, tantas cosas que
desalientan y no permiten disfrutar la vida en este tiempo donde hay más tiempo para reflexionar, hacer cosas agradables sin apuro, recordar el pasado feliz,( ¿los instantes?) leer por fin ese libro que te pareció interesante, pero que nunca lograste tener en tus manos.
Es que acabo de encontrar de nuevo en la red :
Think ageless, sobre gerontología y lo que dice la especialista, me deja meditando sobre la necesidad de no estar solos, aunque la costumbre de cada uno casi en lo general es replegarnos a la soledad sin ver cómo ésta nos empequeñece el mundo.
Sé que debo "salir al mundo", que debo seguir en lo posible con la vida, pero, hay algo que me insta a seguir pasiva y abstraída en este nuevo mundo de lentitud y tal vez ensoñación, donde transcurre mi día a día, sin mayores alternativas.
Afuera bulle la vida, y aquí estoy inmersa en lo que me gusta; con lo mío: libros, música, pensamientos, esperando el momento apropiado de salir, no sólo al jardín : a la calle y sus apuros, a juntarme con la gente que llena todos los espacios en su eterno pasar preocupado y distante.
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Tus palabras me llevan a mi vida actual, totalmente pasiva por ahora. Puede ser progresivo- Estoy renunciando a tres grupos que antes me interesaron, pero que ahora me abruman y quizá superan. Ya no escribo, ni siquiera leo (algo sin lo cual la vida antes se me habría hecho insoportable). Para qué mencionar siquiera que tengo que hacerme una serie de exámenes y visitas al médico, que he obviado. Sólo me dedico a ordenar el caos en que se encuentra mi casa, lo que se traduce en trabajo doméstico interminable, mientras se construye una pieza tamaño muñecaq en el patio de mi casa, para que me sirva de refugio ante el energúmeno que invade cada rincón de mi casa con sus cachivaches. Sé que debería "tomar el toro por las astas" y comenzar el tedioso proceso de acudir a los tribunales o donde sea para librarme de él, pero, me faltan energías para hacerlo. Eso me lleva a cuando mi abuela, infatigable contadora de historias, dejó de contarlas, cuando mi tía, entusiasta de la tv dejó de verla, cuando mi amigo Juan Ramón, activísimo, dejó de salir por mareos incomprensibles, cuando mi madrastra dejó de salir fuera de su casa porque le daba miedo. Eso significa una sola cosa: la vejez en etapa terminal. Cuando ya no hay interés en el mundo exterior, el cuerpo y el alma comienzan a morir. Ante semejante perspectiva, más vale despertar, mirar alrededor y decidir si queremos darnos otra oportunidad o seguir el antiguo camino al deterioro. ¿Y tú? ¿qué harás?
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