¿Por qué un
enfado podría costarte un infarto?
En un extenso estudio mundial
publicado en la revista Circulation, de la American
Heart Association, se observó que las
personas emocionalmente alteradas aumentaron más de dos
veces el riesgo de sufrir síntomas de infarto cardíacodurante
la primera hora del enfado.
De igual forma se puede indicar para el esfuerzo físico intenso,
que eleva el riesgo de ataque al corazón por un lapso hasta de una hora
luego de realizado. Y el riesgo se triplica para aquellos que se enfadaron
o se alteraron emocionalmente y de manera simultánea, realizaron un
intenso esfuerzo físico.
Para la investigación, a 12.461
pacientes de 52 países que presentaron un ataque cardíaco por primera vez,
se les consultó sobre si tuvieron alguna de las situaciones
desencadenantes mencionadas durante una hora antes de su infarto al corazón, o
el día anterior.
Estas situaciones o factores que pueden desencadenar un ataque
cardíaco (como el enfado y el esfuerzo físico) parecían elevar de manera
independiente el riesgo, más allá del que se plantea generalmente por otros
factores como la obesidad, la edad, la hipertensión arterial, el tabaquismo y
otros problemas.
“Ambos disparadores -emocionales y físicos intensos- pueden
elevar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, alterando la
circulación de sangre a través de los vasos sanguíneos y
disminuyendo el abastecimiento de sangre al corazón” afirmó el Dr. Andrew
Smyth, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de
McMaster, en Canadá.
“Esto es importante
particularmente en los vasos sanguíneos que ya están estrechos debido a la
formación de placa, que podría obstruir el flujo de sangre y originar un
ataque al corazón” agrega
Smyth.
“Practicar actividad física con regularidad tiene múltiples
beneficios para la salud, además de ayudar a prevenir enfermedades del corazón
-manifestó Smyth- por lo que recomendamos que se continúe haciendo. Sin
embargo, sugerimos a las personas que están enfadadas y desean hacer ejercicio
para despejar su mente, que no vayan más allá de su rutina normal”.
Estos factores desencadenantes mostraron su efecto de igual
forma en todos los países y grupos étnicos analizados.
“Las personas que están en peligro de sufrir un ataque cardíaco
deben procurar no tener situaciones que impliquen emociones fuertes”,
aseguró Barry Jacobs, miembro del Programa de Residencia de Medicina
Familiar Crozer-Keystone en Springfield, Pensilvania. “Una forma de enfrentar
los altibajos emocionales es a través del apoyo familiar y hablando con otras
personas que viven en condiciones similares”, agregó.
Por último, Jacobs analizó que “este
estudio aporta más información que comprueba la importante relación que
existe entre la mente y el cuerpo”.
De http://seniorgolden.blogspot.com