Inunda las pantallas la promoción de gimnasia “bailada”,
pilates y lo que sea, para que los mayorcitos no se anquilosen, lo que parece
razonable, loable, recomendable, saludable. En mi caso personal: olvidable.
Está muy bien mantener la agilidad de quienes cuentan con la
ayuda doméstica necesaria y pueden distribuir su tiempo en distintas actividades.
Pero la mayoría que pertenecemos al grupo precario en entradas y generoso en
salidas, no nos podemos dar ese lujo y nos queda apechugar.
El nutrido repertorio de labores de mantención de una casa,
por pequeña que sea, deja a las viejitas exhaustas físicamente y obnubiladas
mentalmente al finalizar el día. ¿Se podría pensar en unas clases de gimnasia?
¡Oh, no!
Hay otros motivos para el cansancio: la inevitable pérdida
de masa muscular que hace mucho más lento el desempeño del trabajo y también
doloroso y difícil en ciertos casos. El otro motivo es la frecuente ausencia
del compañero, por esa malhadada costumbre que tenían las antiguas mujeres, de
casarse con hombres bastante más aventajados en años. Consecuencia lógica: la
viudez. Si se tiene suerte, se podrá reemplazar al difunto con algún ejemplar más
aligerado de tiempo, asunto nada fácil porque ellos se han quedado con la
costumbre de emparejarse con chicas menores. Razón no les falta: tendrán quien
los cuide, cosa que todos queremos.
Cierto es que los varones actuales se han adecuado a la
época y no hacen aspavientos de horror ante la idea de compartir labores domésticas,
pero si se trata de aquellos con la mente anquilosada de prejuicios, será tarea
ardua – por no decir imposible – que hagan su parte.
Tengo una seria duda: ¿servirá el ejercicio para agilizar
los miembros seniles o por el contrario, acelerará el deterioro? ¿No son muchos
los deportistas víctimas de achaques físicos antes de tiempo?
Lo único que serviría de algo es ampliar el rango de
movimientos, o sea, hacer elongaciones y ejercitación del cuerpo más allá del
uso habitual, pero sin hacerlo repetitivo.
Me han recomendado la biodanza, pero no estoy nada segura
que sirva en mi caso. Aún no he logrado asistir a ninguna clase, pues no las
imparten en mi alejada comuna.
Lo que sí practicaría si me quedaran energías, es el tai
chi, para, principalmente, fortalecer el equilibrio.
Pero ya me cansé de solo pensarlo.