Divagaciones del martes 10 - "PORTAL CHILENO"

Hoy vengo a Portal en puntillas para no despertar a nadie. Silencio, casi no hay ruidos.
Recién terminé de regar y de empaparme por una mala jugarreta de la manguera, después de haberle dado cuerda al viejo auto para que no se olvide de respirar.
Recibo un llamado sorpresivo: alguien cuya voz confundo al comienzo con la de otra persona, pero a medida que avanza en la charla, identifico claramente de quien se trata, un poeta del que hace años no se nada. Largo preámbulo hasta dejar caer, como al descuido, que vendrá a visitarme en los próximos días ¿? Ocurre que acaba de editar un libro y comienza el arduo trabajo - ya superada la etapa de escribir, publicar, presentar en varias ciudades, enviarlo a comentaristas conocidos, etc. - de venderlo a sus conocidos. Me gusta todo lo que ha escrito, pero siempre me sorprendo de todo el trabajo que tiene que darse una persona que escribe, incluso cuando no es su ocupación principal. Siento que mis bolsillos han quedado escuálidos a esta altura del año y contaba con apretarme el cinturón...
Al mismo tiempo, al responder sus preguntas sobre lo que he estado haciendo, el peso de la culpa me cae encima otra vez, porque no he hecho NADA de lo que hubiera debido e imagino los pelambres de las comadres y compadres al respecto. Pero ya ni siquiera me prometo nada a mi misma y ya ni siquiera dejo para mañana lo pendiente; ya sé que no llegará ese incierto mañana y que la inercia se ha apoderado de mi y yaa no me suelta.
Siento haber venido a soltar semejante soliloquio aburrido en este lugar ajeno, pero, por ese horror al vacío que todos tenemos, no me ha quedado otro camino que dejar unos garabatos más por aquí.
Dulces sueños, amigas y amigos de todo el orbe, mañana quizás nos veremos otra vez, descansen por ahora (se me arremolinan los lugares comunes, ya lo ven).
No puedo evitar que cada vez que llega la noche, recuerdo la machacona frasecita de un lejanísimo amigo, que dejé de ver hace casi 60 años: "Ha llegado la hora del dormir y pensar profundo". Decía eso con cara severa y reflexiva, la ronca voz de un contrabajo, aunque sospecho que jamás había pensado profundamente en su vida.
Buenas noches.

Cuanto te entiendo. tampoco estoy en mis mejores días ... a cada rato me asalta la frasecita esa tan brillante :" Años dorados". Me parece un sarcasmo fiero hacia nosotros los mayores.Cada vez menos podemos tomar decisiones que realmente sirvan. Nuestros consejos caen en el vacío. Mas aún, cuesta cada vez más, ser escuchadas. al menos yo, estoy claramente cada vez más lejos del resto. Creo estar viviendo en un pequeñito mundo paralelo, que no volverá a tocarse con el tráfago de lo que es en verdad la vida. Y leo que científicos estan luchando por lograr que lleguemos a lo 120 años... discuto que alguien sueñe con vivir " Años dorados" tan eternos.

Espero que mañana sea un día ligero y agradable, que logre cambiar en algo nuestros dichos de hoy.

Hoy he venido a la misma hora bastante cansada por haberme dedicado a podar parte de la jungla de mi pequeño patio. Justo como hay poco espacio, cada centímetro está sobrepoblado. Todo el trabajo del día obedece a eso de sacarle el traste a la jeringa haciendo las cosas más simples para dejar a las complicadas debajo de la alfombra y que no chillen demasiado.
Hoy hay luna llena y atrás quedó un proyecto que a todos parecía gustarles: armar un grupo pequeño de personas y reunirse justo la tarde-noche cuando la luna aparece más grande e impresionante desde detrás de las montañas. Tendría que ser en una azotea - que ninguno de nosotros tiene - y dedicarse a leer poemas alusivos a la luna o no y lógicamente, beber algo.
(La culpa la tiene el poeta chino Li Bao, con su obsesión lunar).
El único lugar que de veras existe y sería adecuado para tal objeto es un mirador situado a pocas cuadras de mi casa, en lo alto de un cerro. La vista allí es estupenda, ya que no hay edificios de altura, aún. El problema está en que la misma idea de reunirse, aunque para fines harto diferentes, la tienen los drogadictos del barrio. Nada es perfecto.
¿Sabes, Diana? Me preocupa que vivas en ese mundo paralelo. Al menos, trata de armarlo para ti pero también con otros, compartiendo un proyecto en común. No importa que a veces la familia pueda desilusionar, eso ocurre con demasiada frecuencia.
Espero que tus días de enero florezcan con tus múltiples talentos.
Buenas noches.

El grupo que quisieras armar me trae al recuerdo la película "La sociedad de los poetas muertos".