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Respuesta  Mensaje 1 de 7 en el tema 
De: paty  (Mensaje original) Enviado: 13/02/2017 04:02

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.


    No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.


    Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.


    ¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo.


    ¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.


    ¡Guardo los vasos desechables!


    ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!


    ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!


    ¡Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!


    ¡Es más!

 

    ¡Se compraban para la vida de los que venían después!

    La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza.

 

    Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces.


    ¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.

    ¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike?


     ¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa?


    ¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
    ¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?


    Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura.


    El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.

 

    El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!!


    ¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años!

 

    Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)


    No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan.

    Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor.. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo'.


    Mi cabeza no resiste tanto.


    Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.


    Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.


    Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?

    ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?

    En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!


    ¡¡¡Las cosas que usábamos!!!: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus. Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor.


    Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.


    Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!


    Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posa-mates y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'.


    Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa.

    Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!


    Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.


    Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.

    Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.


    Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.


     Eduardo Galeano

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 7 en el tema 
De: elopolis Enviado: 13/02/2017 07:21
Que razon tienes, en mi epoca, juro que no soy antidiluviana tambien se hacia todo lo que tu dices, yo no se que pasa ahora que todo dura muy poco, y estamos metidos en el consumismo de una manera tremenda.Acabaremos a este paso con el planeta
Resultado de imagen de buen lunes e inicio de semana

Respuesta  Mensaje 3 de 7 en el tema 
De: vilma1 Enviado: 13/02/2017 12:07
Estoy de acuero en todo, asi he vivido estos años y asi me enseñaron a vivir, que cambio tan tremendo. Lo menos que soporto son los famosos colados que les dan a los niños. Esas sopas tan ricas que les preparabamos, carne de posta y verduras¡¡¡¡que delicia!!!!

Respuesta  Mensaje 4 de 7 en el tema 
De: Laura Frias Enviado: 13/02/2017 15:56

Conservo vivo el recuerdo de las carencias del tiempo de la segunda guerra, lo que me hace sentir escrúpulos al darme un baño de tina, por ejemplo, al renovar algún artefacto que ya no resista más arreglos, al dejar de usar ropa antiquísima, pero que no me gusta, etc.

La economía actual es una verdadera catarata de producción basura, la que, contraviniendo toda sensatez conservacionista, se ha hecho global.

De todas maneras, considero esta vida absolutamente maravillosa en contraste con el precario mundo que conocí.

Imaginen aquella época en que todo se hacía a mano, cuando del lavado se encargaban unas señoras que cargaban los atados enormes equilibrándolos sobre la cabeza. Hacíamos listas de ropa y al recibirla de vuelta, siempre faltaban calcetines o alguna otra prenda pequeña. Pasé por épocas peores en tiempos de independencia, cuando tenía que ir a lavar a casa de conocidos los sábados, porque tenían casa con un enorme espacio trasero con artesas para lavar y mi escaso sueldo no me permitía enviar ropa a lavanderías. No tenía refrigerador, por cierto y había que hacer compras con goteras.

Hasta que llegó una especie de revolución. Las mujeres nos inscribimos para votar. El trabajo de sobretiempo obligado ya no fue necesario cuando llegó la computación. Labores increíblemente tediosas se hicieron expeditas por milagro. La compra de un auto ya no fue cosa de otro mundo.

El ahorro peso por peso para comprar un tocadiscos usado, quedó en el olvido. Conocer el resto del mundo estuvo al alcance de casi todos. Jamás se volvieron a ver chicos descalzos en las calles.

Los sindicatos lograron avances nunca antes considerados. (Con un intervalo oscuro, que quedó atrás).

En contraste con el mundo de la infancia, esta época es increíble porque el trabajo largo, tedioso, interminable, ha sido sustituido por artefactos que se encargan de hacerlo más expedito.

La comunicación se ha abierto en forma fantástica. Los prejuicios sociales retroceden, lo que antes había que esconder celosamente de la maledicencia de los otros, ya puede salir a luz.

En fin, podría seguir con el tema, pero prefiero dejarlo aquí.

 

  Mi madre y mi tía, gemelas.


Respuesta  Mensaje 5 de 7 en el tema 
De: Laura Frias Enviado: 18/02/2017 02:21
He tratado de resistir la tentación de guardar toda clase de objetos, pensando que algún día los podría reciclar. Hoy lo recordé al descartar algunos tubos de papel higiénico y toalla de papel, que esperaban su oportunidad. Cierto es que hace décadas los usaba para las "sorpresas" de las fiestas infantiles, pero ahora eso no corre. Para lo único que me han servido es para guardar bien enrollados algunos cables eléctricos pequeños, pero nada más.
Pero también hoy he cometido el peor pecado. Como frente a mi casa existe un caos provocado por la colocación de nuevas tuberías de alcantarillado y todo está lleno de piedras, tierra y verdaderas trincheras, un vecino aprovechó el escenario para botar un cerro de sobrantes: viejas maletas, puertas, ventanas, ropas y un escritorio. Poco a poco los transeúntes coleccionistas de vejestorios se fueron llevando cosas. Quedaba el mueble. No pude resistir la tentación de ir a verlo. Viejo, deteriorado, rayado. Para usarlo otra vez, era necesario un montón de trabajo. Pero la manía de...podría servir para....no, es muy grande...y es tan feo, pero con un poco de pintura quizás porque nuevo enchape y barnizado es mucho gasto y...¿quien lo haría? ¿Me hace falta un escritorio? NO. A menos que fuera nuevo, con cajones de corredera y no de los que se atascan, en fin NO SIRVE PARA NADA, por algo lo botaron...
Esta historia es muy larga. Resumen: con la ayuda de dos trabajadores a quienes les guardo los cascos, chuzos, palas, etc.por las noches, me traje el maldito escritorio y afuera lo tengo, feo, desteñido, lamentable y no sé qué voy a hacer con él.

Respuesta  Mensaje 6 de 7 en el tema 
De: diana72 Enviado: 18/02/2017 20:03
Jajjajj eres muy divertida Laura !  También me da por guardar cosas sin asunto ; al final termino botándolas  jajajajj  En fin : humanos todos !!

Respuesta  Mensaje 7 de 7 en el tema 
De: paty Enviado: 19/02/2017 18:46
Jajjaa¡¡¡¡ que divertido Laura. Después nos contarás en qué terminará el escritorio.
Yo guardo varias cosas que realmente sirven cuando llaman mis nietos ...Abi..¿tienes......?  


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