Hay una canción que cantábamos con frecuencia los compañeros del curso de ruso del Instituto Chileno-Soviético en los años 60. Ahora me pregunto qué habrá pasado con aquellos amigos lejanos, el ingeniero
forestal fumador de Cabañas, la socióloga que coleccionaba ardillas,
los dos estudiantes de medicina del grupo teatral, la mejor alumna,
aquella vibrante, vital, talentosa traductora, la más cercana, y sin
olvidar a la bella e inolvidable Marina Wichnievsky, nuestra profesora y
astrónoma, que tristemente falleció mucho, mucho antes de lo debido. He intentado muchísimas veces insertar algún video de Youtube aquí, pero sin éxito.
Cuando la escuché otra vez, no pude evitar que se me llenaran los ojos de lágrimas - y eso que jamás lloro - porque alude a tantas cosas que quedaron pendientes, a las cuales no se puede volver pero que permanecen escondidas por allí y afloran de manera inesperada.
¿Estudiaste ruso Laura?. En Antofagasta tuve una jefa checa que además hablaba ruso. En la década del 80 cuando aún no estábamos globalizados , era difícil encontrar a alguien que lo hablara. En una oportunidad atracó un barco para hospitalizar a uno de sus tripulantes que era ruso. Los médicos no podían comunicarse con él y buscando...buscando , llegaron a ella que ofició de intérprete.
Si Paty, era el idioma que más me gustaba por su sonido. Mi meta era poder leer sin traducciones, pero cuando cambié de trabajo a uno cuya jornada vespertina terminaba a las 21 horas, ya fue imposible seguir.