Hola amigos, buenas tardes bajo el cielo algo nuboso y prometedor
del otoño. Vamos a caminar sin apuro por este sendero de piedrecitas,
esperando que todos calcen zapatillas cómodas. Llegaremos hasta la
columna central, mientras en el cielo van pasando con gran alharaca,
seis queltehues anunciadores de lluvia (dicen algunos). Viraremos hacia
la izquierda - no me miren feo - hasta alcanzar el gran estanque poblado
por las últimas flores acuáticas, donde nadan muchos peces de agua
dulce y lo recorren bellos cisnes, sin preocuparse por la intrusión
humana. Nos instalaremos sobre los bancos de madera por unos momentos,
mientras conversamos sobre nuestros asuntos. Me sentaré un poco apartada
para poder fumar un cigarrillo (virtual) sin molestar a los demás.
Seguiremos el camino hasta alcanzar un gran espacio despejado, donde
sopla una brisa suave. Allí, bajo un pequeño bosquecillo de abedules,
nos espera Evaristo, quien nos invitará a subir a su carro tirado por
dos percherones, para dar un paseo por otros pintorescos lugares.
Como el paseo nos dará apetito, seremos conducidos hasta el salón de té en los jardines del castillo, donde lindas chicas y una pareja de jovencillos nos ofrecerá una gran variedad de tés y café, trayendo un carrito colmado de tortas, pastelillos, muffins, galletas, etc.
¿Vamos?