Nosotros nos sentamos y miramos fijo al monitor...
Todos podemos imaginar lo que esto puede significar. Con nuestros ratones viajamos, moviendo el puntero, por cuartos como laberintos.
Buscando algo o alguien como si estuviéramos hipnotizados. Nosotros chateamos unos con otros, compartimos nuestras penas.
Formamos pequeños grupos, y luchamos contra quienes nos tratan mal. Esperamos por alguien que escriba nuestros nombres.
Queremos reconocimiento y ofrecemos lo mismo. Damos besos y abrazos y en ocasiones coqueteamos. En cuartos chateamos profundamente y revelamos aquello que nos duele. Nosotros formamos algunas amistades, sobre algo intangible ¿por qué?
No lo sabemos, Algunas se marchitan, otras florecen y crecen, alguna vez...
Tal vez un gran amor, que se convierte en algo verdadero. Tanto que nos hacen llorar. Porque en las pantallas podemos ser grandes, diciendo nuestros secretos que nunca han sido revelados. ¿Por qué compartimos nuestros pensamientos con aquellos que no nos ven y piensan que somos reales?
La respuesta es tan clara y sencilla como el cristal. Todos necesitamos a alguien para contarle nuestros problemas. No podemos decircelo a la gente real porque las verdades a veces duelen, pero a alguien se lo debemos contar. Y corremos al ordenador, donde están aquellos en los que confiamos, los mismos "reales" de esta irrealidad, que nos aceptan así tan locos, problemáticos, susceptibles, neuróticos románticos o lo que seamos... que eso no importa.
Y sin dudarlo algunos de estos personajes, siempre esta ahí para escuchar. Por eso a ti que navegas en mi misma locura, quiero decirte: ¡Gracias por estar ahí!
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