"Yo sólo creería en un dios que supiera bailar. Cuando vi a mi demonio, le hallé serio y grave, profundo y solemne. Era el espíritu de la pesadez: por él caen todas las cosas. No se mata con la ira, sino con la risa: ¡Matemos pues al espíritu de la pesadez! Aprendí a caminar, y desde entonces, corro. Aprendí a volar, y desde entonces no tolero que me empujen para pasar de un sitio a otro. Ahora soy ligero, ahora vuelo, ahora me veo a mi mismo por debajo de mí, ahora un dios baila en mí”
F. Nietzsche |