Hacer punto, tricotar o lanaterapia, llámalo como quieras; porque lo realmente importante es que se ha descubierto que practicarlo nos aporta importantes beneficios emocionales. Así que, si decides ponerte manos a la obra (agujas y ovillo en mano), tejerás tu propia prenda mientras cuidas de tu salud emocional. Matar dos pájaros de un tiro, y encima, todo ventajas. Continúa leyendo porque esto te interesa…
¿Por qué hacer punto tiene beneficios emocionales?
Ya son varias las terapias que han adquirido el punto como un ejercicio útil para la mejora del paciente. Al parecer, está demostrado que esta manualidad aporta agilidad a nuestro cerebro, a la vez que mejora la estabilidad emocional. Ahora veremos exactamente por qué:
1) Reduce el estrés
Hacer punto es magnífico para reducir la ansiedad en estados de nerviosismo y estrés elevado. Esto es debido a la gran cantidad de concentración que necesita. Así que, una vez ponemos la vista en las agujas, poco a poco lo demás va desapareciendo a nuestro alrededor, incluidos los problemas, como si fueran un fondo que se aleja. Es una gran técnica para serenar emociones negativas, tales como tristeza, enfado, rencor, etc..
2) Mejora la agilidad cerebral
Tú mismo puedes concluir que este punto (nunca mejor dicho) es fácilmente entendible. Tú sabes que el ganchillo y otras técnicas de hacer punto requieren de coordinación mental y motora. Así que, al poner a trabajar al cerebro, a la par agilizamos su actividad. Todo esto hace que esta práctica sea especialmente beneficiosa para personas mayores. Se habla de que tricotar retrasa los síntomas del envejecimiento; ya que obligarla a ejercitar diferentes procesos psicológicos básicos, como la atención sostenida.
También mejora la coordinación motora, por lo que ayuda a mejorar los problemillas de motricidad fina. Esto convierte la lanaterapia en una actividad muy positiva para niños que muestren trastornos motrices, y también para personas con artritis o reuma.
3) Potencia el desarrollo social
¿Cómo puede ser que una actividad que fomenta la concentración tenga beneficios sociales? Pues lo cierto es que los tiene, y muy probablemente todos recordemos a nuestras abuelas años atrás reuniéndose en grupo para tejer. Y aunque durante unos años se había perdido esta función socializadora, cada vez hay más iniciativas para recuperarla. Ya sea en forma de cursos o terapias, hacer punto es un ejercicio que se está poniendo de moda: ayuda a intercambiar ideas y compartir con otras personas.
4) Alivia la depresión
Esto es debido a que su práctica libera serotonina, el antidepresivo natural. Al menos así se desprendió de un estudio publicado por el British Journal of Occupational Therapy, donde el 81% mostraron mejoría clara tras un rato de tejido.
5) Mejora de la autoestima
Se debe a que al conseguir nuevas habilidades, la persona se siente productiva. Es más, incluso se considera como una forma de ‘hacer algo por el prójimo’ cuando se teje para amigos y familiares. Sea como fuere, el punto es una forma de expresión. Un método para crear algo útil, bello o personal. Todo eso hace que la persona se sienta orgullosa de su trabajo y, por lo tanto, de quien que lo ha realizado: ella misma.
6) Ayuda a tener una mejor calidad de sueño
Nuestro sueño es de peor calidad debido al estrés, la tensión y la ansiedad, por lo que en la actualidad está muy extendido el mal del insomnio. Sin embargo, Herbert Benson (Profesor asociado del Instituto Médico del cuerpo y de la mente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard) demostró que el 90% de sus pacientes mejoraban tras las terapias que incluían el punto. Al parecer, el hecho de centrarnos en una actividad que se basa en la repetición, nos relaja y nos calma. Obviamente, todo eso hace que nos acostemos sin tensión y en un estado propicio para el descanso.
Bueno, estaréis de acuerdo en que hacer punto tiene muchas ventajas a nivel emocional. Seguro que puedes ayudar a alguien a ponerse manos a la obra si le haces llegar este artículo.
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