No encontré fotos del Café Sao Paulo: era el sitio donde toda la gente se juntaba a mediodía entre los 50 y 60 del siglo pasado, incluso yo iba a almorzar cuando trabajaba en el centro de Santiago. Eso de "toda" es una manera de decir que se conocían entre sí. El café era un gran rectángulo y como es usual, las personas se instalaban siempre en las mismas mesas o casi. Cerca de la entrada, se ubicaban los que iban a almorzar. En el centro, los músicos, entre los que figuraban desde el viola y dirigente de la Filarmónica, compositor y fotógrafo Eduardo Maturana, hasta Violeta Parra y el director Agustín Cullel, poetas como Sergio Canut de Bon quien insistía en leer sus últimos poemas, escritores, actores, pintores, periodistas. El fondo era acaparado por los revolucionarios de varios países americanos, venezolanos, cubanos, peruanos y hasta el notable escritor dominicano Juan Bosch, quien llegó a ser presidente de su país, elegido por amplia mayoría después del tenebroso reinado de Trujillo. Pero la combinación de fuerzas que siempre interviene los procesos en pro de los más desposeídos, lo derrocó por la fuerza, como a todos los gobiernos de su tipo en el continente.

A diario nacían nuevos proyectos, se conocían nuevas personas, y era como mecerse en las olas de un mar propio.

Por la tarde se iba a otro café y después a…..pero esas son otras historias.