Santiago 1:3: “Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.”
Un hombre tenía un gran reloj de caja. Un día le dio lástima el reloj porque éste tenía un pesado péndulo. Y dicho péndulo siempre colgaba del reloj. El hombre dijo: “Oh. Señor Reloj, usted ha cargado ese pesado péndulo por tanto tiempo; se lo voy a quitar para que pueda descansar.” El reloj protestó diciéndole: “No quites ese péndulo de mí. Es el que me hace funcionar.” De la misma manera, las pruebas y tribulaciones de la vida están presentes para fomentar nuestra perseverancia. Están para que continuemos adelante, continuemos confiando, continuemos orando y continuemos dependiendo en Dios.
¿Cuándo fue la última vez que compartió con alguien la necesidad de estar agradecidos por sus pruebas? ¿Cuándo fue la última vez que se lo dijo a sí mismo?
![](http://sazxpq.blu.livefilestore.com/y1pPb5ZVwYCUAYKsH8pOfl6Go0cNNz2ci2HKgCyDIbcMIHmABIf0kQGAYqtAu9jGSR77XPldMWfjycU8ahUnauj-Q/Animaci%C3%B3n3.gif)