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"El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene"
(1ªCorintios 16:22).
¿Tenías tú esa opinión de Pablo?
¿Qué utilizara al final de su carta a la iglesia de Corintios un lenguaje tan drástico?
Te puede parecer raro, e incluso lo lees una segunda vez para cerciorarte.
Sí, así está escrito.
¿Piensa Pablo eso realmente?
Sí, cierto, pero no debes malinterpretarlo.
Ya que estas palabras no significan que le desee a alguien la perdición, la ruina, ir a perdición. Justamente lo contrario.
En estas palabras habla del amor hacia el Señor Jesús, para que los pecadores se conviertan.
¿No ha predicado Pablo a Jesús como un Salvador dócil?
¿Cristo mismo no se ha humillado hasta la muerte?
¿No ofrece El su gracia?
Eso es igual de válido para ti que para las gentes de Corinto.
Pero atención, si alguien le rechaza, si tú persistes en tu inconversión, entonces esas cortantes palabras también te atañen a ti.
¿Es eso injusto?
Esto es lo más serio del Evangelio.
Si tú no amas en serio a Jesús, entonces te abrasas en Su gracia.
El Espíritu Santo quiere también utilizar esas palabras como una urgente llamada a tu manera de vivir.
Él hace eso para que tú reconozcas tus pecados y la necesidad de la gracia de Dios en Cristo.
Se trata de ese Jesús, Quien con Su corazón se ha hecho fiador de toda Su iglesia.
Ese Jesús, Quien en obediencia ha soportado la carga de la ira de Dios contra el pecado de todo el género humano.
Se trata de Él, quien se entregó en el más duro de los abandonos, para que los pecadores como tú y yo, de nuevo pudiésemos vivir con Dios.
Así está Cristo en medio de nosotros. Él está llamando a la puerta de tu corazón.
No puedes permanecer neutral ante Él.
¿Qué opinas tú de Cristo?
¿Qué te parece Él?
No es suficiente que digas que le das un lugar en tus pensamientos o que le das una parte de tu tiempo o de tu dinero.
Él quiere tu corazón, tu vida entera.
Si tú pasas de Él, no solo serás castigado como un transgresor de todos los mandamientos de Dios, pero sobre todo porque te has negado a venir a Cristo como culpable para ser salvo por Él.
Despierta, a pesar de todo, si en Su nombre se te llama a la conversión y al perdón de los pecados.
Ven, mira en Pentecostés, el Espíritu Santo se ocupa de los frutos de la predicación,
El abre el corazón que está cerrado;
Él ablanda lo que está duro.
Dios deja su complacencia abierta.
Lo que pone en evidencia que las manos horadadas del Cordero de Dios alcanzan hasta los extremos de la tierra.
¿Recuerdas lo que está escrito?
"Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad"
(Salmo 32:5).
Roto dentro de tu ser pecador clama por la gracia de Dios. como escribe Juan:
"En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a Su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él"
(1ªJuan 4:9).
Él se volvió tu amor en la noche de tu quebrantamiento, como con el publicano, que como un pobre pecador en ti mismo, por medio de la fe se te permite mirar a Jesús.
Pero la lucha va a continuar, ya que el diablo odia el amor con un odio a muerte.
No puede soportar que nosotros amemos a Jesús.
El salmista canta como intérprete de todos los santos de Dios:
"Porque Dios es nuestro escudo, y nuestro Rey es el santo de Israel"
(Salmo 89:18).
Dios te bendiga en grande.
Con amor siempre tu amiga.
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Amada Jenny
Gracias por esta bella exhortación
de amor, así es, el que no está con Cristo
está contra El.
Bendiciones
Ximena
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