Hola COMPañera
La primera de las estrategias hace mucho tiempo que la practico y puesto
Que he comprobado en mí los resultados, suelo aconsejarla, amén de siempre estar dispuesta a hacer yo misma de “papel” si así lo prefieren en lugar de una escucha más activa.
La segunda estoy segura que da igualmente buen resultado para algunos en algunas ocasiones, tanto como de que no a todos , y eso porque Dios escribe derecho con renglones torcidos. Algo que más nos cuesta y especialmente a mí , es aceptar que no vamos a conseguir entender su criterio.
Pero es evidente que en sólo este planeta somos tantos miles de millones. De entre ellos dos tercios seguramente o más están pasando situaciones horribles y de ellos , de verdad creemos que no habrá un alto porcentaje, o menos siguieres, que le ruegue a Dios con tanta o más voluntad que cualquiera de los que , al parecer, sí son atendidos????
Seremos tan engreídos, tan poco generosos, tan poco cristianos de pensar que ésos otros es que se lo merecen, porque fueron peores que nosotros o …porque no “saben “ pedirlo u orar tan bien como nosotros.
Creemos en un Dios tan mezquino???
No, él nos dejó aqñi libres , probablemente con unas leyes que hace que nazcamos cada quien con una serie de talentos que los invertimos o los malgastamos o nos los guardamos, en libertad. Por algún motivo alguos se ven más favorecidos que otrros,
Unos desde su nacimiento, otros tras una temporada de desastres,. Que la oración y la petición sean en sí mismas positivas, por supuesto, mucho más que el rumiamiento de los pesares, por supuesto es que además si creemos que Jesús-Dios es nuestro padre, porque se lo debemos, pero, no echemos más peso sobre la pobre gente que sufre de forma que nosotros no seríamos capaces ni de imaginar.
Esto no es una negación del aporte que me complace, me ayuda, me renueva esperanzas, es más bien , una labor que me he impuesto ( incómoda, pues como me decías en otro mensaje, no es lo que nos suele gustar escuchar), pero que se me hace por ello más necesaria.
De la misma forma que Jesús atendió , se compadeció especialmente de los más alejados de él y de los más desfavorecidos o desahuciados, creo que el espíritu cristiano nos debe hacer mirar con toda la comprensión y el amor a todo prójimo que no puede obtener esa serenidad. Comprenderlo, tratar de animarlo como Dios nos de a entender, pero nunca hacerles además pensar que son unos marginados hasta por el mismo Dios.
Me parece cruel , injusto y que Jesús no estaría nada contento si , por imprudencia, les llegamos a dar ese mensaje.
Sólo por eso procuro hacer siempre un poco de contrapeso y dar otra interpretación o posibilidad de entender este “abandono” de Dios que algunos pueden sentir.
Gracias querida Ximena