No soy perfecto
Por lo demás hermanos... perfeccionaos... Y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. 2 Corintios 13:11.
El músico Ken Medema nació ciego, pero sus padres decidieron tratarlo como a un niño normal. Le enseñaron a jugar juegos, a montar bicicleta y a esquiar en el agua. Con eso no estaban negando su condición; estaban afirmando su valor como persona. Al crecer con esa clase de amor, Ken desarrolló una integridad interior que le hizo casi olvidar su impedimento.
Un día en el campus tropezó accidentalmente con otro estudiante ciego que le dijo: <<¡Eh, cuidado! ¿No ves que soy ciego?>> En lugar de nombrar su propia incapacidad, Ken le pidió disculpas. <>
Como cristianos, nosotros también tropezamos con situaciones en las cuales se revelan nuestras debilidades. Sin embargo, contrario a lo que hizo Ken, muchas veces reaccionamos con inmadurez y utilizamos nuestras debilidades como excusas. <> es lo que argumentamos.
Los creyentes corintios todavía tenían que crecer mucho (1 Corintios 1:13; 3:1). Por lo tanto, cuando Pablo se despedía en la segunda carta que les escribió les dijo: <> Usó una palabra que también significa <> Es nuestra responsabilidad hacer los ajustes necesarios.
La parte de Dios es seguir afirmando su amor por nosotros independientemente de nuestra tendencia a pecar. Y Él hace eso, pues Pablo nos asegura que el <> estará con nosotros.
Pensamiento: Para cobrar fortaleza espiritual debemos admitir muestras debilidades.
Colaboración de: Dina Sánchez, Burbank, California, USA.
Dios les bendiga
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