
No te olvides
Cuando alguien te dé una rama con espinas, en vez de tomarla con indignación y correr el riesgo de pincharte las manos, recíbela con serenidad y plántala en el jardín de tu vida. Mas, cuando recojas las rosas, no te olvides de mandar por lo menos una, para ese alguien. Al fin de cuentas, fue ese alguien quien te dio la rama. Cuando alguien te dé un puntapié, en vez de devolvérselo, recuerda que diste un paso al frente, en tanto que él quedó un paso atrás. Cuando alguien te grite, no respondas con otro grito, para no correr el riesgo de quedarte sin voz. Cuando alguien te escupa, recuerda que un poco de agua y saliva harán que quedes aún más limpio que antes, mientras que el escupidor perdió un poco de saliva, que actuaría benéficamente en su digestión. Cuando al fin, alguien se ría de ti, sonríe a ese alguien. Al final, él precisa mucho más una sonrisa.
No es fácil tolerar -y mucho menos amar- a quienes consideramos nuestros enemigos. Nuestra inclinación natural es dejar de lado a quienes de alguna forma nos han lastimado.
Cuando alguien nos ofende, con facilidad devolvemos la ofensa con otra ofensa. Si por alguna razón no lo hacemos, guardamos resentimientos o incluso llegamos a odiar, como respuesta de nuestra naturaleza pecaminosa.
Sin embargo, eso no es lo que Jesús hizo. Él, que terminó yendo a la cruz por nuestros pecados y sufrió torturas en manos de sus captores
ORACIÓN: Padre celestial, quita de nuestros corazones todo enojo y odio. Ayúdanos a vivir en amor y perdón.
Amén.
Dios te bendiga grandemente.
Con amor siempre tu amiga.


|