LAS CARTAS DE DESIDERIO

LA AMISTAD: ¿UN AMOR
EN VIAS DE EXTINCION?

Estimado Director
Como usted sabe ser amigo, va a entender la carta que hoy le envío: quiero rescatar la amistad, una forma de amor muy especial,… especialísimo, pero venida a menos.

Para muchos, la amistad es mero compañerismo, sociedad para provecho mutuo, o un pasatiempo social. Otros utilizan livianamente el rótulo de amigo para cualquier conocido.

Para algunos, como usted y yo, la amistad es un tesoro de la vida. Una piedra preciosa que se descubre y luego se trabaja con esmero para que alcance todo su esplendor y belleza. O pongámoslo en términos relacionados con la vida: es como una semilla que se planta y luego crece, y mediante el cuidado meticuloso y delicado, y el riego, se va desarrollando, favorecida por la bendición del sol y de la brisa, y se va fortaleciendo con el reto del viento y la tormenta. Luego, en su madurez da frutos dulces y nutritivos.

Usted recordará a C.S. Lewis, el gran escritor inglés, él decía: “Los antiguos consideraban la amistad el más feliz y completo de los amores humanos, como la corona de la vida y la escuela de la virtud, pero en comparación, el mundo actual lo ignora”. En ese sentido yo soy antiguo, pues creo en los valores esenciales de esta forma de amor.

Usted, mi estimado Director, coincidirá conmigo en que Dios bendice de un modo especial la amistad. Tomemos el caso de Enoc, que caminó con Dios, y que fue llevado al cielo sin pasar por la muerte.También la bendición que recibió la amistad de David y Jonatán, y las consecuencias que perduraron hasta la próxima generación cuando David recogió a Mefi-boset, inválido y pobre, y lo sentó a su mesa: la mesa del Rey.

Y, sobre todo, recordar a Jesús, que cultivó la amistad y supo ser amigo. Juan se recostó sobre su pecho en momentos de gran emotividad y afecto, y en sus recorridas por Judea, Samaria y Galilea, iba visitando los hogares de sus amigos. Fue Jesús quien dijo aquella frase bella y contundente: “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.”

Está bien Señor Director, estoy seguro que usted está pensando “hum, este Desiderio se me está poniendo circunspecto”, y en parte tiene razón. Pero no se preocupe que el buen humor no lo perdí, y también conservo otros valores esenciales de la vida, que la hacen más bella y digna de ser vivida. Por eso es que me ocupé del tema de hoy.

Y ahora me despido, no sin antes contarle que una persona me dijo el otro día la conocida frase: “mientras más conozco al ser humano, más quiero a mi perro”. Y yo reflexioné: “¡Qué lástima, este pobre hombre jamás tuvo un amigo”. Y conste que yo quiero mucho a los perros.
Su buen amigo,
Desiderio

Dios les bendiga