
No puedes dar al prójimo más amor
del que eres capaz de darte a ti mismo.
Bríndate la misma calidad de comprensión
que dispensas a los otros.
Profundiza tu capacidad de juzgar con
bondad y sabiduría las luchas de tu
propia vida.
Todo aquello que rechazas en tu persona,
también te causará rechazo en los otros.
Si eres poco comprensivo con respecto a ti
mismo, ignorarás al prójimo.
Si te juzgas duramente, también criticarás a
los demás.
Si sientes vergüenza, culparás a los demás.
Si no puedes perdonarte, serás implacable
con los otros.
Si pierdes la fe en ti mismo, dejarás de
apoyar a los otros.
Tu capacidad de entrega al prójimo refleja
tu capacidad de darte a ti mismo.
El círculo de amor debe incluirte a ti.
Si no es así, es preciso reparar la brecha.
por Kathleen Keating

|