El sabio
Oirá el sabio, y aumentará el saber. (Proverbios 1:5)
HACE muchos años, un hombre anciano se matriculó en un asignatura de la Universidad de Berlín. Era cosa insólita ver a aquel pequeño y encanecido caballero sentado entre estudiantes de 19 y 20 años. Pero lo que hacía más insólito esto era que el anciano era Alexander Von Humboldt (l769- l859), el célebre naturalista y científico alemán. De hecho, durante una conferencia acerca de geografía física, el profesor que era él mismo un eminente erudito, citó una referencia de algo que Von Humboldt había escrito.
Cuando le preguntaron a Alexander Von Humboldt por qué él, con toda su erudición, estudiaba aquella asignatura, contestó “Para ayudarme a repasar lo que dejé de lado en mi juventud”. Con tanta hambre de conocimiento, no era demasiado orgulloso para tomar notas y aprender junto con sus compañeros de clase más jóvenes.
El deseo de aprender acerca de nuestro mundo es digno de encomio. Pero nada es más importante que aumentar nuestro conocimiento de la palabra de Dios. El escritor de Proverbios dijo: “Oirá el sabio, y aumentará el saber (l:5). Nunca llegaremos al lugar en que podamos decir: "Lo sé todo. Nadie me puede enseñar nada que no haya oído ante”.
Una persona sabia nunca deja de aprender acerca de Dios y de Su mundo.
PENSAMIENTO: Cuando más aprendemos, tanto más nos damos cuenta de cuánto nos queda por aprender.
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