

CONJURO
Arribaste audaz y sin permiso a invadir el tugurio de mi seco destino sin sabores, a mi insípido tiempo de molduras de cobre a la redonda sensación de no ser nadie, a la marea de mi ser incombatible a la ternura de la fibra insobornable que supiste colmar a tu albedrío.
No quiero que te vayas. Ya que entraste por esa puerta grande de los versos quédate en mi universo indefinido, viste de gala mi lecho solitario.
Trae los jazmines marchitos del verano y tu esencia de azahares a mi nido.
No me dejes ahora que conozco tu espíritu anchuroso meciéndome al umbral de tu morada, pues podría morir de muerte lenta sin el conjuro _canela y miel_ con que me abrasas.
Fanny Garbini Téllez febrero 2002
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