"Hay personas que dicen estar inspiradas por el Cielo. ¿Y cómo manifiestan esta inspiración? Gesticulan, giran los ojos en todas las direcciones, mantienen discursos incoherentes… o bien permanecen paralizados durante horas en una postura que imita el éxtasis. Pues bien, en realidad, son unos desequilibrados y enfermos, y por otra parte el resto de su comportamiento lo demuestra.
Aunque hablen del Cielo, del Espíritu Santo, de los ángeles y de los arcángeles, en realidad, entre las personas que dicen estar inspiradas por el Cielo, hay muchos enfermos. Indudablemente desearían entrar sinceramente en comunicación con el mundo divino, pero debido a una falta de disciplina, de trabajo interior, sólo han logrado unirse con las regiones subterráneas del plano astral; de allí reciben, también ciertamente, mensajes y órdenes, pero unos mensajes y unas órdenes de las que más vale no confiarse. Deben aprender a diferenciar entre la inspiración y ciertas formas de demencia. Aquél que entra verdaderamente en contacto con el Cielo sólo puede recibir corrientes de luz, de armonía y de paz."