En Dios confío aunque me abatan los huracanes, aunque me asalten feroces fieras, aunque me quemen en mil hogueras, aunque me lancen al precipicio, en Dios confío.
El es mi manto, El es mi escudo, El es el canto que yo procuro.
El es mi aurora y mi silencio, El es la flora que yo presencio y nutre mi alma con su gran calma.
En Dios confío, completamente: Tú eres rocío para mi mente y en mi albedrío naturalmente yo te hago mío eternamente.