"En la Biblia, la serpiente es el símbolo del mal, pero según los cabalistas sólo puede alcanzar a algunas séfiras: más allá, la región más elevada formada por las tres séfiras Kether, Hochmah y Binah, le está prohibida. Entonces, ¿qué conclusión podemos extraer de esta afirmación para nuestra vida interior? Como somos creados a imagen del universo, existe también en nosotros mismos una región donde el mal ya no encuentra condiciones de existencia favorables. En las regiones sublimes de nuestro ser y del universo, reina tal luz, tal intensidad de vibraciones, que todo lo que no está en armonía con esta pureza y con esta luz, es pulverizado. En efecto, el mal no tiene ningún derecho de existir en las regiones sublimes, es rechazado. Sólo puede existir en las regiones inferiores donde se pasea, causa estragos y atormenta a los humanos, porque en estas capas inferiores de la materia, todas las condiciones le son favorables. Así pues, según la región donde os halléis, seréis o no alcanzados por el mal."
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