"Platón, en el diálogo titulado «el Banquete», evoca el mito del andrógino primitivo. En tiempos muy remotos, habrían vivido en la tierra unas criaturas humanas que eran a la vez hombre y mujer: tenían una forma esférica y poseían dos rostros, cuatro brazos, cuatro piernas, dos órganos genitales, etc. Estos seres poseían un vigor excepcional y, conscientes de su poder, osaron atacar a los dioses. Estos, muy inquietos, buscaron un medio para debilitarles, y fue Zeus quién halló la solución: ¡debían ser cortados en dos! Lo que fue realizado. Y he aquí porqué, desde entonces, estas dos mitades separadas de un mismo ser no cesan de vagar por el mundo en busca una de la otra para unirse y volver a hallar así su integridad primitiva. En este mito relatado por Platón, aparece un elemento particularmente significativo: para debilitar a estas criaturas que amenazaban contra el poder de los dioses, Zeus decidió cortarlas en dos. La idea que se desprende de este hecho es clara: el poder del ser humano reside en la posesión de los dos principios. Esta unión de los dos principios, masculino y femenino, en él es lo que le hace semejante a los dioses."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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