"¡Cuántos teólogos han falseado la imagen del Creador y Dueño del universo haciendo del diablo el enemigo irreductible de Dios! Si una entidad llega hasta el punto de hacerle frente, significa que es tan poderosa, o incluso más poderosa que Él. Diréis que jamás han pensado esto… Pues sí, y ahí tenéis la prueba: en la cristiandad, durante la Edad Media, y mucho después, cuando hombres o mujeres manifestaban dones un poco excepcionales, se les acusaba de tener estos dones del diablo, de haber hecho un pacto con él. Y, desgraciadamente, es la Iglesia la que ha contribuido a expandir esta creencia. Sí, si el diablo ocupó un lugar semejante en la cristiandad, es la Iglesia la responsable. ¿Alguien profetizaba, curaba enfermos o recibía mensajes del Cielo? Pues no, no era el Cielo, sino el diablo quien le inspiraba. Entonces, no debemos sorprendernos si algunos quisieron realmente hacer un pacto con él: ¿por qué, se decían, ir a servir a un Dios incapaz, ya que todos los conocimientos y todos los dones vienen de su adversario, el diablo? En cierto modo razonaban correctamente. Entonces, he aquí a qué absurdas conclusiones puede llegar la religión cuando no posee el verdadero saber iniciático sobre el bien y el mal."