"En cada una de sus empresas los humanos tienden a determinarse casi exclusivamente de acuerdo con los beneficios materiales que piensan obtener: no ven la inutilidad de concentrarse en posesiones que, puesto que son externas a ellos, nunca les pertenecerán verdaderamente. Mientras tienen dinero, terrenos, máquinas y armas, todo va bien, se sienten fuertes y libres. Pero el día en que se ven privados de ellos están perdidos. He aquí por qué los sabios tratan de arrastrar a los humanos por un camino en el que se volverán fuertes interiormente, ricos interiormente, con el fin de que sus armas y sus riquezas les pertenezcan eternamente. Los sabios no se oponen a los nuevos logros de la técnica; no, ellos también los utilizan, y están muy contentos con ellos. Pero no caen en la trampa. Trabajan en otro ámbito, que les pertenece, y del cual pueden disponer en cualquier momento. He aquí la verdadera independencia."