La mina terrestre de la inseguridad
Leer | Romanos 8.33-39
Si alguien le preguntara: “¿Se siente usted bien consigo mismo”?, ¿qué diría? ¿Se llenaría su mente de pensamientos de toda clase de dudas personales y de cuestionamientos, o podría responder con valentía: “Sí, me siento bien conmigo mismo”?
Muchas personas, incluso creyentes, no pueden decir eso. La inseguridad los ha paralizado tanto, que prácticamente han renunciado del todo a ser útiles en lo más mínimo en el reino de Dios. Éste es uno de los peligros más letales en la vida cristiana, y puede entrar cautelosamente en el corazón y en la mente sin que nos demos cuenta.
Hay muchas minas terrestres que explotan de manera brutal, tales como el pecado sexual, la falta de perdón y el temor. Pero la inseguridad es diferente. Es más como un pequeño y lento fuego que arde debajo de la superficie, afectando toda nuestra vida y destruyéndonos sutilmente desde adentro. Este problema puede ser más difícil de identificar, pero es tan peligroso como una mina terrestre.
¿Qué queremos decir con “inseguridad”? Es una sensación de incompetencia, agravada por un sentimiento de total impotencia, falta de propósito, condena o rechazo. Todas estas cosas pueden acumularse y abrumarnos terriblemente, si no aprendemos cómo identificar la inseguridad, la cual se refleja después en nuestra vida.
Invierta tiempo hoy en oración ferviente, y en un autoexamen sincero. Pídale al Padre celestial que haga brillar su luz en cualquier área de inseguridad que pueda estar oculta en su corazón. Después, pídale que le recuerde, de una manera poderosa y gloriosa, cuán especial es usted ante sus ojos.
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