DE MI CORAZÓN AL TUYO AMIGO MÍO
Cuando el silencio venga a visitarte por las noches y la angustia quiera desesperar y entristecerte. Cuando sientas que la vida se te va escapando como el agua entre los dedos. Cuando queriendo llorar solo sonrías y al preguntarte dónde están todos, no encuentres la respuesta…
Cuando te sientas muy solo y las nostalgias pretendan hacerte creer que tu vida no tiene sentido, recuerda que Alguien te creó con un propósito. Que Dios desea que seas feliz y vivas una vida plena.
Piensa también en mí y encontrarás a alguien que te estima y que te ofrece su mano amiga. Dios y yo creemos en ti. Creemos que lograrás sobrepasar la tempestad, que la noche larga y oscura se disipará. Que volverás a ver un nuevo sol y que sus rayos brillaran sobre ti. No desesperes amigo mío porque he aprendido que lo que no te mata te hace fuerte. Tampoco pierdas tu esencia, deja que aflore todo ese amor que tienes para dar y esa inteligencia que puertas te abrirá. A nadie dejes de extender tu mano.
Recuerda que hasta los malos momentos pasan, hasta la tempestad más aterradora cesa. Hay barreras que con perseverancia se derrumban. Y cuando sientas que no tengas el control reconociendo que eres humano, encomienda tu vida a Dios y deja que Aquel que todo lo puede, pelee tú batalla. Vence el mal, haz el bien. No temas abrir el baúl de tus sentimientos y mucho menos atesorar tus recuerdos. Vive tu presente, has de este instante algo sin igual que aún en la noche más negra puedas conmemorar.
No te detengas amigo mío, sigue luchando en el frente de batalla. Considera que tienes mucho para dar, siembra y cosecha recogerás.
Autora: Brendaliz Avilés
Dios les bendiga
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