Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo,
todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo,
y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?
A lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras
y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas
y al cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado".
A lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil". Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. "Sal a la calle y búscalas". El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba
y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo: "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento,
así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho.
Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo,
pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".
Desconozco el autor.
"Todo hombre prudente, procede con sabiduría;
Más el necio manifestará necedad."
Pr.13:16
Dios les bendiga, Ximena
|