La fragilidad de la vida
La vida es una sola. El mañana es incierto. No sabemos si despertaremos en el nuevo amanecer. La existencia es extraordinariamente corta y frágil. Es flor de un día. Siempre debemos estar preparados para partir hacia la presencia del Supremo Creador.
Esta realidad nos lleva a meditar en dos aspectos de suma importancia. El primero, que la vida es para vivirla al máximo, sanamente, aprovechando cada instante. La segunda, que es necesario poner nuestra vida en orden y la mejor forma es de la mano del Señor Jesucristo. El lo prometió:
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”
(Juan 5:24).
Reflexione sobre su vida. Es hora de imprimirle un cambio. Dios no le creó para que viva en crisis. Usted tiene todas las potencialidades para ser un triunfador... y con la ayuda del Señor Jesucristo podrá llegar a serlo...
¡Animo! Es hora de comenzar...
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