“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Romanos 8:31
Prestemos gran atención a las palabras que el apóstol escribe a sus hermanos en Roma y que hoy, Dios mismo, nos dirige a nosotros. La idea es esta: Si somos hijos de un Dios cuyo poder no tiene límites, significa entonces, que no existe nada ni nadie que le pueda resistir a su voluntad y sus propósitos. Y, aplicando esta verdad a nuestras vidas, nos exhorta a vivir con fe y confianza acordes con ese poder ilimitado. Al tener a Cristo en el corazón formamos parte del pueblo de Dios. Y si hijos también herederos de todas sus promesas. Así podemos apropiarnos de cada una de sus promesas. Si Dios todo lo puede, eso incluye a nosotros mismos y a cada uno de nuestros asuntos. Vivir con tal esperanza se define con una palabra corta pero contundente: Fe. El hombre actual, al carecer de tal esperanza, trata de aferrarse a lo que erróneamente cree le puede darle seguridad. Pero nada de lo que este mundo pueda ofrecerle para ese fin puede satisfacer esa necesidad. Amigo lector, si estás buscando la protección y la seguridad. Si en tu corazón anhelás una vida firme y tranquila, te animo a que busques al Señor Jesucristo y le entregues tu corazón. Entonces, absolutamente nada ni nadie te infundirá temor. ¡Vivirás confiado porque tendrás esperanza!
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