La Mejor Plàtica
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
Mateo 6:6
Me costaba mucho orar. No sabía que decir, como expresarle a Dios lo que había dentro. Alrededor de mí se encontraban personas tan capacitadas en todos los sentidos. Amaban el orar y les era fácil mantener una plática con Dios. Cuando lo intentaba, empezaba a pensar en todo lo que había hecho en el día, me afanaba demasiado por el futuro, por alcanzar metas, sueños, estar en lugares que había anhelado por años, manteniendo pensamientos muy egoístas. Me frustraba mucho el pensar que si yo conocía de Dios; ¿Cómo era posible que no pudiera orar?
Pero entendí que por muchos años solo de oídas lo había oído. Luego algo sorprendente comenzó a suceder en mi vida. Ahora mis ojos ¡le ven! Empezaba a pensar en Jesús y le expresaba en frases pequeñas lo que sentía por Él. Algo sorprendente estaba sucediendo y era mucho más fuerte que yo. Anhelaba pasar más tiempo con Él, mi boca y pensamientos estaban dirigidos solo a Él.
Luego la oración comenzó a tomar un verdadero sentido. Por mucho tiempo, el Señor empezó a tomarme en las madrugadas a interceder por otras personas. Yo ni siquiera las conocía pero Él sí. Intentaba dormir y me era bastante complicado, empezaba a orar y no podía parar, al principio batallaba bastante porque yo quería descansar tranquilamente. Más gracias a Dios que Él siempre tiene ¡otros planes! Lo mejor es que te tome en cuenta para ser parte de ellos.
Por invertir tiempo buscándolo encontré el verdadero secreto. El pasar ese tiempo a solas con mi Creador es el momento más anhelado en el día, esas madrugadas de plática intensa con Él y el honor y privilegio que me da de poder interceder por su pueblo.
Lo mejor de todo es que Su presencia y protección te seguirán a donde quiera que vayas. Te será fácil estar en Su presencia en cualquier lugar. Te hará crecer y madurar para que puedas reconocer que solamente puedes depender de Él.
Eso es lo más hermoso, el saber que no hay ningún otro camino u otra forma. Date tiempo de conocer Su amor, Su corazón, los planes que tiene para sus hijos, esa ternura, gracia, perdón.
No te compliques a orar, sólo acércate a Él. Te va a enamorar de tal manera que ¡no podrás resistirte! ¡Él llenará tu boca, tan solo ábrela!
Escrito para Devocional Diario.com
por Arlene García Holguín