Más Allá de los Obstáculos
“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”. (Hebreos 10:39)
Leí que “cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la condición de uno”. Partiendo de esta premisa o aseveración, pensé en los atletas. Dependiendo de cuál sea la disciplina para la que estén entrenando tienen que enfrentarse a un sinnúmero de obstáculos. Podemos definir la palabra obstáculo como algún impedimento, dificultad, estorbo, freno o limitación. Creo que muchos de los atletas tienen que enfrentar grandes dolores de calambres producidos por las largas horas de entrenamiento que desempeñan. Pero a pesar de ese dolor que experimentan, ellos no dejan de entrenar porque saben que las horas que dediquen a entrenarse pueden hacer la diferencia entre ganar una Olimpiada, un campeonato o un juego importante; o entre no ganar nada. Ellos logran sobreponerse al dolor y se concentran en el objetivo que es ganar un premio, competir y tratar de ser el mejor.
Hace unos días observaba una entrevista que hicieron a un hombre ciego. Este hombre canta, es deportista, ejerce otras cosas y como si esto fuera poco es motivador. Él no se concentró en sus deficiencias, él decidió aceptar su condición, no andar peleando, ni culpando a nadie de su situación. Él en cambio, decidió autodescubrirse, trabajar más duro, probar aquellas cosas en las que podía ser bueno, luchas con tesón y abrirse caminos partiendo de las cosas que sí podía hacer. Dígame usted si eso no es mejorar la condición de uno.
Hay tantas personas que hemos sentido el peso y el dolor de un fracaso en algo que hemos intentado, sin embargo, no desistimos. Seguimos trabajando y tratando de perfeccionarnos. Y eso mi gente hace una diferencia increíble entre ser un conformista o un idealista. Entre quedarse sentado a esperar que las cosas bajen del cielo, o levantarse y salir a luchar por conseguir tu sueño. Conocemos la diferencia entre ser del promedio o buscar la excelencia y la perfección en aquello que hacemos.
Yo aspiro a ser una buena escritora. Sé que me falta mucho por mejorar y por perfeccionar, pero sigo trabajando en ello. Sigo escribiendo, pensando, creando, rompiendo papeles, buscando palabras, tratando de entender y de ser receptiva a todo lo que me rodea. Sé que poco a poco voy encaminada hacia mi objetivo de cada día ser mejor en aquellas cosas que realizo. He visto gente con muchos deseos de hacer algo y se han quedado en las palabras o en la nada porque no se han esforzado, porque no quieren pasar trabajo o más aún pagar el precio. Pero también he visto personas con deseos de hacer algo y su gran persistencia hace que mejoren con cada día que pasa. Como dice el refrán: “la práctica hace al maestro”. En la observación de los pequeños detalles es que está la diferencia. Puedo dar fe de que hay una jovencita que escribe para Devocional Diario con grandes deseos de superación. Cada noche veo como su disciplina y persistencia hacen la diferencia. Y cuando leo sus reflexiones sé que la mano de Dios ha tomado la suya y la ha dirigido a escribir palabras que fortalecerán y darán aliento a muchas vidas.
Observo como continuamente el hermano Enrique sigue añadiendo más cosas a este espacio para que las personas sean bendecidas. Sé que cada día pide a Dios sabiduría e inspiración para poder llevarles una palabra certera a todas las vidas que entran a su página. Es que él sabe que el trabajo duro y el esfuerzo rinden frutos cuando están bien canalizados y más aún sabe que cuando uno hace las cosas con amor, apasionamiento y devoción por el Señor, hay una diferencia y un respaldo de Dios que hacen de cada cosa algo especial. Puede que eso que tú veas como una dificultad, sea lo que te impulse a no darte por vencido, a salir de entre la multitud para ser alguien diferente. Porque en este mundo están los que siguen a los demás y los que hacen caminos para que otros puedan pasar. Tú, ¿en cuál grupo te clasificas? ¿Seguirás viendo tu problema o situación como un impedimento que te impide disfrutar de la gran aventura de la vida o lo verás como el puente para atravesar hacia tu victoria? Como dice la canción de Isabelle en uno de sus fragmentos: quién ere decides tú.