No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en que su corazón se descubra.
Prov 18-2
El necio llega a mostrar su necedad al apartar de sí todo deseo de poseer la discreción suficiente para distinguir entre lo bueno y lo malo, lo oportuno y lo inconveniente. Únicamente se deleita en que se manifieste su corazón, es decir, en que se descubra lo que lleva dentro: sus necias ideas y sus opiniones personales, aunque están basadas en la más crasa estupidez. Con todo, cree que sólo él tiene razón, lo cual suele ser el colmo de la necedad.
Daniela
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