Un autor anónimo escribió: «Cuando me convertí y luego, durante algunos años, la segunda venida de Cristo era un pensamiento emocionante, una bendita esperanza, una promesa gloriosa, el tema de algunos de los himnos más vivificantes de la iglesia.
»Con el tiempo, eso se convirtió en un principio aceptado de la fe, una doctrina esencial, una especie de sello característico invisible de mi ministerio. Era el área favorita de mis estudios teológicos, tanto en el púlpito como al escribir. Ahora, de repente, la segunda venida significa algo más para mí. Pablo lo denominó “la esperanza bienaventurada”. Sin embargo, en el día de hoy, parece ser la única esperanza del mundo».
Desde el punto de vista humano, no hay solución para los conflictos del mundo. Los líderes están naturalmente frustrados tratando de resolver los crecientes problemas de la sociedad. La única salida total y permanente se encuentra en el retorno de Cristo a la tierra. Cuando Él venga, establecerá Su reino. Gobernará a las naciones con justicia y «la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová» (Habacuc 2:14).
Mientras esperamos el regreso del Salvador, continuemos orando, trabajando, velando y «aguardando la esperanza bienaventurada», nuestra única esperanza para este mundo.