SEÑOR DE LA VICTORIA
Cuando todo se desmorona en nuestros proyectos humanos, en nuestros apoyos terrestres, cuando de nuestros màs bellos sueños sòlo nos queda la desilusiòn; cuando nuestros mejores esfuerzos y nuestra màs firme voluntad no alcanzan el objetivo propuesto; cuando la sinceridad y el ardor del amor nada consiguen, y el fracaso està ahì, desolador y cruel, frustrando nuestras màs bellas esperanzas, Tù permaneces Señor, indestructible y fuerte, nuestro amigo que todo lo puede. Tus designios permanecen intactos, nada puede impedir que tu voluntad se cumpla. Tus sueños son màs bellos que los nuestros, y Tù los realizas.
Conviertes los fracasos en un triunfo mayor, nunca eres vencido. Tù, que de la pura nada haces surgir el ser y la vida, tomas nuestra impotencia en tus manos creadoras, con infinito amor, y la haces producir un fruto, obra tuya, mejor que todos nuestros deseos.
En Tì, nuestra esperanza se salva del desastre, cumplido en plenitud. Amèn.
Bendiciones, Ximena
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