Una terapia divertida
Asimismo, desde el punto de vista psicológico, se ha demostrado que, gracias a la equitación, mejora la autoestima, la atención y la concentración de los enfermos. El paciente también experimenta un aumento de la seguridad sí mismo y de la motivación para rehabilitarse.
Sin duda, otro punto a favor de la equinoterapia es que el paciente no percibe el tratamiento como un 'suplicio'. Para el enfermo el trato con el caballo es siempre diversión y, por lo tanto, se muestra siempre mucho más receptivo en los ejercicios de recuperación. Al desarrollar los trabajos al aire libre, se favorece además la relación del paciente con el entorno y el espacio.
Por otro lado, es importante destacar que la hipoterapia siempre debe contemplarse como parte de un tratamiento integral para superar los problemas y no como una medicina aislada.