¿Que es convertirse a Jesús ?
“Mas a todos los que lo recibieron, los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Juan 1:12
Convertirse a Cristo, no es un cambio de religión, el cristianismo no es una religión, es una relación personal con Dios. Lo hemos escuchado muchas veces, pero entonces, ¿qué es convertirse a Cristo?
Hay personas que se convierten por “conveniencia”. Algunos reciben a Cristo por temor, porque escucharon que si no tenemos a Cristo, no nos vamos al cielo; otros, se convierten porque escucharon que Dios tiene muchas promesas para Sus hijos; otros, lo hacen para obtener beneficios de parte de la iglesia, etc. Cualquiera de estas “conversiones”, no responden a una fe verdadera; no existe una convicción que les haya llevado a convertirse a Cristo y eso no ha sido más que…¡un teatro!. Otras personas reciben a Cristo, después de haber escuchado a un evangelista que habló muy bonito y les llegó al corazón, “parecía que me estaba hablando a mí”….pero después siguen su vida igual que antes, sin tomar en cuenta a Dios. Recibieron a Jesús a causa de un momento de emoción y nada más.
Recibir a Cristo no es un rito, no es una imposición, ni es algo que se pueda tomar a la ligera. Es un hecho en el que debe imperar la honestidad consigo mismo y con Dios.
Jesús dijo: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Recibir a Cristo es abrir esa puerta y dejarlo pasar y convivir con él. Si tú invitas a alguien a cenar a tu casa, le abres la puerta, conversas un rato con esa persona y luego pasan al comedor a cenar ¿no es así? No le abres la puerta y lo mandas a un rincón de tu casa y te olvidas de él ¿no?. Entonces cuando recibimos a Cristo, es para dejarlo permanecer en nosotros y que el Espíritu Santo de Dios empiece a obrar en nosotros.
Todo eso que necesita ser cambiado en tí, se realizará si has permitido a Jesús entrar a tu corazón para quedarse. Al recibirlo, estás accediendo a ser un hijo de Dios, estás diciendo sí a la salvación que te ofrece y por tanto, estás haciendo la reservación más importante de tu vida: una reservación hacia la vida eterna.
“Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mi, perdón de pecados y herencia entre los santificados”. Hechos 26:18
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