Hace unos meses el Señor habló a mi vida respecto a los planes que tiene para mi futuro, un futuro prometedor y lleno de sueños. Un futuro para el cual Él no ha parado de prepararme desde que me tomó (Estoy seguro que también a ti te ha dado promesas incomparables). Y me dí cuenta que cada vez está más cerca, pues las situaciones a mi alrededor indican lo contrario. Si en verdad quiero estar en esa cosecha, debo de mostrarle a Dios de nuevo mi fe para que Él manifieste sus obras.
Esa es la manera de Dios, Él da palabra a nuestra vida cómo quien siembra una semilla, nosotros tendremos que creer cómo tierra fértil y avanzar a pesar del miedo o la duda cómo un trabajador que limpia la tierra de espinos.
Eso es lo difícil de la fe, algunos pensarían que si Dios ha dado una palabra (la semilla), Él también se encargará de trabajar la tierra, y esto no es así. Dios da la semilla y la lluvia (la unción de su espíritu) pero al creyente le toca labrar la tierra. Tierra que ya es fértil por haber recibido la salvación. Por lo que, si una semilla no da fruto, es solamente por la falta de creer.
“Creer es levantarte cada día y avanzar en tu promesa a pesar de nada ver”
Nadie dijo que sería fácil, pues las grandes cosechas son sembradas con lágrimas.
“Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, pero al volver vendrá con regocijo trayendo sus gavillas.
Salmos 126: 6
Es por ello que muchos se desaniman en la siembra, pues morir a nosotros mismos cuesta muchas lagrimas. Es doloroso el trato que da Dios a nuestros corazones, pero solamente pasándonos por fuego, estaremos listos para recibir esa cosecha.
Cuando Dios da una palabra a nuestras vidas por lo general nuestro alrededor indicará lo contrario, esa es la señal que la semilla viene de parte de Dios.
Si Dios te ha dicho que te dará una promoción y al siguiente día te despiden, no te turbes pues te dará la gerencia en una nueva compañía. Si Dios te ha dicho que te llevará a las naciones para que enseñes de sus juicios y al siguiente día eres calumniado, difamado y expulsado de tu iglesia, no te turbes que eso es solamente la antesala de su gloria, sigue avanzando y Él te tomará de su mano para llevarte a tu destino. Si Dios te dado palabra diciendo que vivirás una larga vida y al día siguiente un doctor dice lo contrario, no te turbes pues con la palabra que ha salido de la boca de Dios te sanará para vivir bien una larga vida.
Querido hermano, tú y yo tenemos grandes promesas. Es hora de ser otra vez tierra fértil y creer de todo corazón. Te invito a seguir avanzando, y regar día a día con fe esa preciosa semilla sembrada en nuestros corazones. Para que pronto podamos ver esa cosecha.
Autor: Richy Esparza
Sitios de Richy: devocionalesderichy.com y cristodavida.com