Mamá Por favor, Recuerda…
que soy un regalo de parte de Dios, la mas rica de todas Sus bendiciones. No trates de moldearme a tu imagen, a la de mi papá, mis hermanos o nuestros vecinos. Soy individual y debes permitirme ser yo mismo.
Recuerda…
no aplastes mi espíritu cuando falle. No me compares con los otros que me eclipsan.
Recuerda…
la cólera y la hostilidad son emociones naturales. Ayúdame encontrar salidas para estos sentimientos negativos, sea por medio de los juegos o ejercicios de modo que no se me queden internamente y provoquen mas daño en el futuro.
Recuerda…
disciplíname con firmeza y razón. No permitas que tu cólera te desequilibre. Si se que eres justa, no perderás mi respeto ni mi amor.
Recuerda…
que cada niño necesita a sus dos padres. Cuándo tu me unes contigo contra Papá, yo tengo sentimientos de culpa, confusión e inseguridad.
Recuerda…
no me des todo los deseos de mi corazón. De otro modo yo nunca sabré la emoción de ganar, la alegría de merecer.
Recuerda…
no me amenazes en tu ira o me hagas promesas imposibles cuando estás de buen humor. Para mí tus palabras significan todo. Cuándo yo no puedo creer en ti o en Papá, yo tengo dificultad para creer en nada.
Recuerda…
hay dignidad en el trabajo dedicado, si se realiza con manos callosas que mueven con pala carbón, o dedos hábiles que manipulan instrumentos quirúrgicos. Permiteme que sepa que una vida útil es una bendecida, y que una vida solo en pos de la comodidad y placer es una vida vacía y sin sentido.
Recuerda…
no trates de protegerme de cada golpe pequeño o desilusión . La adversidad refuerza el carácter y nos hace compasivos. El problema es el gran ecualizador; permiteme que lo aprenda.
Recuerda…
enseñame a adorar Dios y amar a mi prójimo. Y, Mami, por favor no me mandes a las reuniones en el Templo o los Estudios Bíblicos… ve conmigo!!!