El que trabaja... Siempre que encuentro gente joven con proyectos y metas cumplidas me acerco a preguntar cómo empezaron, qué dificultades hubo en el camino, qué decisiones tuvieron que tomar. Un factor común de la gente que progresa es el trabajo duro.
Y lo dice sabiamente la Biblia: "El de manos diligentes gobernará; pero el perezoso será subyugado". Proverbios 12.24 (NVI)
Hay demasiada gente que deja de buscar trabajo cuando encuentra trabajo. Hay gente que simplemente hace lo que tiene que hacer. "Te duermes un poco, te tomas la siesta, tomas un descansito y te cruzas de brazos... ¡así acabarás en la más terrible pobreza! Prov. 6:10-11 (BLS).
¿Por qué crees que Jesús nos aconsejó caminar la milla extra? Es porque la mano de los diligentes dominará, porque obtendrá la riqueza necesaria para contratar a otros jornaleros que trabajen para él. El negligente, en cambio, tendrá que ponerse al servicio de otros, como dice proverbios.
Cada trabajo que tienes es un autorretrato de ti. Cada día que trabajas te pintas a ti mismo. En ese sentido todos somos auto empleados, porque somos nosotros los que ponemos los límites.
Si eres honesto podrás explicar por qué llegaste tarde, pero si eres integro no llegarás tarde.
Mira lo que dice Proverbios 12.11 y 14: "El que trabaja la tierra siempre tiene comida de sobra, pero el que sueña despierto es un gran tonto... Cada uno recibe lo que merecen sus palabras y sus hechos".
Si solamente haces lo justo y necesario en tu lugar de trabajo pierdes la oportunidad de descubrir los talentos naturales y habilidades escondidas que Dios puso dentro de ti. No hay sustituto para el trabajo duro, porque forma tu carácter y te permite madurar, y eso es algo que no puedes comprar con dinero: no tiene precio!
"Todo esfuerzo vale la pena, pero quien habla y no actúa acaba en la pobreza". Proverbios 14.23.
Para terminar, qué mejor que dejar que el rey Salomón nos ilumine con sus enseñanzas sobre el trabajo. léelas, apréndelas, y PONLAS EN PRÁCTICA:
"Quienes son generosos, reciben en abundancia; quienes ni sus deudas pagan, acaban en la miseria. El que es generoso, progresa; el que siembra, también cosecha. Al que esconde el trigo para venderlo más caro, la gente lo maldice; al que lo vende a buen precio, la gente lo bendice. Trata de hacer el bien, y te ganarás amigos; busca hacer la maldad, y el mal te destruirá. Quien confía en sus riquezas, se encamina al fracaso; pero quien es honrado camina seguro al triunfo. El tonto que daña a su familia acaba perdiéndolo todo, y termina siendo esclavo del sabio. El premio de los buenos es la vida misma, y el premio de los sabios es el aprecio de la gente. Si aquí en la tierra los buenos reciben su recompensa, ¡Con más razón reciben su merecido los malvados y los pecadores!" Proverbios 11:24-31 (BLS) Devocionales biblicos.net
|