Porque Dios me ama, es lento para perder la paciencia conmigo.
Porque Dios me ama, toma las circunstancias de mi vida y las usa de una forma constructiva para mi crecimiento.
Porque Dios me ama,, está de parte mía. Quiere verme madurar y desarrollar en su amor.
Porque Dios me ama, no derrama su ira por todos los errorcitos que cometo, que son muchos.
Porque Dios me ama, no lleva cuenta de mis pecados para darme en la cabeza con ellos cada vez que tiene la oportunidad de hacerlo.
Porque Dios me ama, le duele profundamente cuando no camino por las sendas que le agradan porque lo ve como una evidencia
de que no confío en ÉL ni le amo como debería hacerlo.
Porque Dios me ama, sigue confiando en mí cuando a veces ni siquiera yo misma confío en mí.
Porque Dios me ama, nunca dice que soy un caso perdido: más bien trabaja pacientemente conmigo,
me ama y me corrige de tal manera que me cuesta entender la profundidad del cuidado que tiene por mí.
Porque Dios me ama, nunca me abandona aunque muchos de mis amigos lo hagan.
Porque Dios me ama, se queda a mi lado cuando llego al fondo de la desesperación,
cuando veo lo que realmente soy y comparo eso con su justicia, su santidad, su hermosura y su amor.
En un momento así realmente puedo creer que Él me ama.
Si, ¡el mayor de todos los dones es el perfecto amor de Dios!
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