PADRES DE VALOR
En el tema de la educación no hay formulas mágicas, no es fácil educar a los hijos y hoy es más difícil que ayer. Si recordamos unos años atrás en nuestros salones de clase era común que la mayoría de compañeros viviéramos con nuestros padres, todos teníamos papá y mamá; eran realmente pocos los que vivían con uno solo de sus progenitores, condición que a los demás nos despertaba curiosidad y de alguna manera los juzgábamos con crueldad pues era la excepción a la regla, y si miramos la realidad de hoy es todo lo contrario, una buena porción de los compañeros de clase de nuestros hijos viven con uno solo de sus padres o con ninguno, son muy pocos los que viven en un hogar completo, situación que descompensa a los hijos y lleva a muchos padres a querer obtener para ellos todo lo que piden y no lo que necesitan o realmente les conviene.
Un ejemplo sencillo que nos permite comprender esta situación se refleja en el padre que abandonó el hogar, conseguirá lo que este a su alcance para satisfacer los caprichos de sus hijos con tal de mantener su conciencia tranquila buscando compensar con cosas materiales el tiempo que no puede pasar junto a ellos y el que no pueda acompañarlos a crecer.
Si queremos ser honestos debemos reconocer que también hay padres que por estar dedicados a su realización profesional han abandonado su responsabilidad en la educación de sus hijos y buscan llenar este vacio actuando de la misma manera que describíamos anteriormente corriendo el riesgo de educarlos con deficiencias porque si bien todos sabemos que para ser buenos padres necesitamos tener buena dosis de comprensión, amor, paciencia, comunicación, en fin, lo que los hijos necesitan realmente es tener padres valientes, decididos, con las cosas bien claras para hacer lo que les conviene aunque no sea lo que más les agrade o lo que esperan.
Lo que necesitan los hijos no son padres que les proporcionen todo, sino padres valientes que sean capaces de comprometerse con su formación, poniéndoles límites que les sirva cuando los necesiten. Padres que les enseñen a decir ¡no! a mantenerse firmes en medio de las pruebas y las adversidades de la vida, a aprender que las dificultades son oportunidades. Los jóvenes de hoy necesitan padres que les den lecciones de vida, que sean capaces de negarles un permiso porque no cumplieron con sus responsabilidades escolares, padres que sean capaces de no llevarles el libro que olvidaron sobre la mesa por salir a toda prisa para el colegio así esto implique una sanción, padres que cumplan con las correcciones con que los estuvieron amenazando si no realizaban lo que se les solicitó. Padres que de vez en cuando le disminuyan la mesada para ayudarlos a hacer uso de sus propios ahorros, padres que no paguen la multa cuando cometieron una infracción para que aprendan que todos sus actos tienen consecuencias y es hora de asumirlas, padres que no les tiendan la cama ni les organicen la habitación, padres que sean capaces de negar la salida con amigos que no conocen o negarles la ida al cine porque la película no es la apropiada para afianzar sus principios y fortalecer sus valores: En fin lo que los hijos necesitan hoy son Padres con Valor.
Ser padres es una tarea para toda la vida, los hijos nos obligan a entregar lo mejor de nosotros mismos, pero no debemos olvidar que los hijos se educan desde el mismo momento en que nacen. Los padres valientes no le evitan los sufrimientos a sus hijos los dotan con las herramientas necesarias para superarlos, les enseñan a juntar sus manos y a confiar en Dios, los buenos padres son los primeros modelos de fe para sus hijos. El Señor nos de la gracia de ser Padres Valientes en estos tiempos.
Martha Liliana Sarmiento de Reyes
Laica Casa de la Misericordia