Apenas comenzamos a caminar, necesitamos comprender la vital distinción que existe entre la religión y una relación. La mayoría de nosotros hemos visto funcionar a la religión; en cambio la relación que tenemos con Jesús es muy distinta. La religión tiende a lo externo. Está estructurada y se basa en reglas. En contraste con esto, nuestra relación debe ser personal, abierta, cálida y liberadora.
Jesús quiere que nos acerquemos a Él de la misma forma que un niño pequeño se acerca a un padre amoroso. Todo el que haya pasado tiempo cerca de un niño así comprende esta imagen. Mi esposa Wendy y yo siempre nos sentíamos felices cuando uno de nuestros seis hijos corría hacia uno de nosotros con los brazos abiertos para abrazar, y después se acurrucaba en sus brazos, en un descanso total y lleno de confianza.
¿Le puedo pedir que haga esto usted ahora mismo? Conviértase en un “niño pequeño” por un minuto, y acérquese a Jesús como se habría acercado a un padre o una madre que lo amara profundamente. Sin pedir nada. Sin esperar nada. No hace falta que se cepille los dientes ni que se peine el cabello. Sólo lléguese a Él y acurrúquese. Manténgase en su presencia. Experimente el amor que Él le tiene.
¿Se tomó el tiempo para hacerlo?
Por favor, no siga adelante mientras no lo haya hecho.
Convierta este acto tan infantil en un hábito para toda la vida. En ese lugar de descanso, confianza y dependencia, va a experimentar el poder transformador de la nueva vida. “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13). El obra desde dentro hacia fuera, y no al revés.
Es triste que muchos cristianos hayan permitido que la religión se convierta en sustituto de una relación. Es fácil caer en esa trampa. Uno puede llegar a estar tan ocupado “haciendo cosas para Dios”, que descuide sus lazos personales con Él.
Esta tendencia “religiosa”, si no se la corrige, se puede convertir realmente en un estorbo espiritual. Así eran las cosas en los tiempos de Jesús. Él reservó algunas de sus palabras más duras para los “creyentes profesionales”, que se dejaban atar tanto con las normas y las reglas, que su vida se iba consumiendo con la hipocresía y la codicia. Estaban ciegos ante el anhelo de Jesús de tener una relación personal con ellos.
Fíjese la meta de seguir siendo como un niño en su relación con Jesús, al mismo tiempo que crece en conocimiento, comprensión y sabiduría.
Texto bíblico clave
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar (Mateo 11:28).
Pensamiento clave
Jesús es una persona, y quiere tener una relación personal conmigo.
JOHN D. BECKETT