Lo que Dios cree de mí
“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable,
y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida”.
Isaías 43:4
Hay experiencias negativas que marcan nuestras vidas,
situaciones inesperadas que nos enseñan lo necesitados que estamos de Dios,
episodios de esos que quisiéramos obviar y que nunca se hubiesen presentado.
Y es que la vida cristiana es así, llena de experiencias positivas y negativas
que de una u otra forma marcaran nuestra vida que espero que para bien.
Pero muchas veces creemos que lo que he pasado es demasiado duro
como para que yo pueda ser usado por Dios, creemos que
Dios nos evalúa según nuestras malas acciones y que
dependiendo de ellas El nos tomara en cuenta
o simplemente nos desechara.
Y es que se trata desde que perspectiva observes las cosas,
se trata desde que punto de vista estas evaluando eso que te ha pasado,
es posible que si lo evalúas desde el punto de vista crítico
veras todo color negro, en cambio si lo ves desde el punto de vista
que seguramente Dios lo está viendo, te darás cuenta
que el panorama cambia.
Y es que lo más importante en la vida es lo que Dios cree de ti o de mí,
y no lo que otros o yo mismo pueda creer.
Nosotros vemos todo desde nuestro punto de vista humano,
pero Dios tiene otro estilo, al cual yo siempre llamo:
“El estilo único de Dios”.
Por medio de la historia bíblica podemos ver personajes
que no fueron tan perfectos como quisiéramos nosotros ser,
sino que fueron personas comunes y corrientes que cometieron errores,
pero pese a eso Dios restauro sus vidas y hoy forman parte
de la historia y nos han servido de inspiración a muchos de nosotros.
Un Moisés que de asesino paso a ser el Libertador del Pueblo
de Israel de Egipto, pues defendiendo a su pueblo mato a un
soldado egipcio por lo que tuvo que huir y pasar
un promedio de 40 años en el desierto para después convertirse
en el Caudillo de Israel, aquel hombre usado por Dios
para liberar a su pueblo.
Estoy seguro que el mismo Moisés
nunca pensó de lo que podía ser capaz al ser usado por Dios,
quizá por su mente pasaba la imagen de aquel episodio gris
que tuvo que experimentar, pero Dios creía otra cosa de él
y no lo veía como un asesino, sino como un Caudillo,
un Libertador, un Líder que podía servirle para liberar a su pueblo,
y es que así es Dios, lo que importa es lo que El cree de mi.
Un David que de asesino y adultero,
paso a ser un hombre conforme al corazón de Dios.
Dejado llevar por sus más bajos instintos sexuales,
se acostó con Betsabe esposa de Urías Heteo
y luego de eso al ver la negativa de su soldado de acostarse
con su esposa Betsabe, decidió firmar la carta de muerte,
con la que Urías moriría y el camino quedaría libre
para hacerse cargo de la bella Betsabe.
Como en toda historia Dios tuvo que disciplinarlo
de la forma que quizá más le dolió a David,
viendo como ese niño inocente fruto de su pecado moriría.
Pero luego de eso Dios lo levanto como aquel hombre
que llego a ser conforme a su corazón, un hombre utilizado por Dios.
Quizá el mismo David no creía ya en él, y en lo que Dios podía
hacer en su vida, pero Dios tenía otro concepto,
Dios creía otra cosa de él y lo miraba con ojos diferentes,
no como el pecador que en su momento fue, sino como un hombre
que podía ser el rey más aceptable de todos los reinos de Israel
y de donde provendría su Hijo amado Jesús, pues Jesús es del linaje de David.
Un Pedro que había confesado nunca alejarse del lado del Señor,
mas sin embargo en el momento más crítico para Jesús, huyo y lo negó vilmente. Posiblemente el creyó que no se merecía mas tener el titulo de Discípulo,
volvió a sus quehaceres cotidianos, a la pesca, pero el mismo Jesús
luego de resucitar fue a buscarlo, para restaurarlo y darle la comisión
de ser un pastor para sus ovejas. Y es que no es lo que yo crea de mí,
sino lo que Dios cree de nosotros.
Posiblemente tú puedas estar pasando uno de tus momentos más críticos,
uno de esos episodios grises en la vida de cualquier ser humano o de cualquier
seguidor de Cristo que anhela siempre hacer las cosas bien.
Pero por razones de la vida o por malas decisiones sientes que todo
se ha complicado y no te crees merecedor de nada de lo que
Dios te pueda dar o pueda hacer por ti.
Y es que la verdad es que ninguno somos merecedores,
pero la Gracia de Dios es Inmensa y su Misericordia renovada día tras día,
por esa razón no importa lo que tú pienses de ti mismo, sino lo que Dios piensa de ti.
Estoy seguro que Dios piensa de ti, que eres un instrumento útil en sus manos,
cuando decidas pedir perdón y El te perdone de toda falta cometida.
Y es que Dios no te ve como tú te vez o como los demás te ven,
su visión para tu vida es más amplia de lo que el ojo humano puede querer observar,
para Dios eres todo lo contrario de lo que la mala critica puede decir
o pensar de ti. Por tal razón es hora de levantarse, es hora de comprender
que no soy un derrotado, que esto que he vivido nada más me servirá
de experiencia para llevar a cabo la misión que Dios ha de encomendarme.
Este es un día en donde Dios quiere que pares de llorar y quejarte
por los errores que has cometido, que hoy puedas darte una nueva
oportunidad de creer lo que Dios puede hacer en ti,
echa fuera todo espíritu de culpabilidad que te atormenta
y trata por un segundo ver con los ojos del Señor y darte cuenta
TODO lo lindo que El tiene preparado para ti.
Es necesario que haya tormenta, porque después saldrá el arco iris de su pacto,
es necesario que haya desierto, porque después estaremos listos
para liberar y conquistar, es necesario que los tropiezos aparezcan,
para darnos cuenta lo necesitados que estamos de Dios
y lo mucho que nos hace falta por mejorar áreas de nuestra vida.
Hoy Dios quiere encontrarse con nosotros y decirnos lo que
El cree sobre nosotros y estoy seguro que cada palabra lejos
de desanimarnos nos llenara de fuerzas para una vez más
levantarnos en su Nombre y proclamar Victoria sobre nuestra vida.
Lo más Importante
es lo que Dios cree de ti.
Enrique Monterroza
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