“ Él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” Éxodo 33:14 La ruta del desierto se estaba tornando una experiencia abrumadora para Israel
y para el propio Moisés. La estrechez de recursos sumada
a lo riguroso del camino fomentaban en el corazón del pueblo
el descontento y la queja. El mismo patriarca sufría su propio cansancio
a lo que se sumaba ser culpado por sus hermanos por su situación.
Era demasiado para el anciano líder.
Llegado a un punto de agotamiento físico y emocional
decidió que no daría un solo paso más
si Dios no le prometía su compañía y protección.
Ante semejante petición la respuesta de Jehová
fue una promesa firme y alentadora:
Su presencia y su descanso.
Contando con semejante respaldo,
Moisés recobró el ánimo y las fuerzas para retomar la marcha. El principio espiritual de aquella experiencia
es aplicable a la vida actual. Amigo lector,
la escasez del camino, o aún la falta de todo lo necesario,
sea en el área de la salud, la familia, los afectos,
o incluso, lo material, muchas veces pueden hacerte sentir
que estás viviendo tu propio “desierto”.
Que estas palabras te alienten a dirigir tu mirada a Dios.
Pidele a Jesús que a través del Espíritu Santo
te acompañe, te guíe
y te fortalezca para seguir adelante
con fuerzas renovadas.
¡Elevá tus oraciones al cielo y también tendrás descanso!
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