Todo en la vida es pasajero, hay momentos buenos, como también los hay malos, momentos de abundancia y momentos de escasez, momentos de felicidad, como momentos de tristeza, pero de algo debemos estar seguros, que todo pasa, nada es para siempre acá en la tierra, lo único que es eterno es la vida que Dios nos regala a través de su Hijo Jesús.
Y es que para Dios existe el tiempo perfecto para cada cosa, nosotros quisiéramos que toda nuestra vida fuera en bonanza tras bonanza, pero eso lo que haría es convertirnos en personas acomodadas a tal punto de que muchos de nosotros nos olvidaríamos de Dios. Y digo esto porque nadie me va a negar que en los momentos más duros que nos ha tocado vivir, es donde hemos sentido a Dios más cerca de nosotros, es cuando nuestra vida se ha rendido por completo a Él, buscando su favor, y es por esa razón que concluyo que los momentos difíciles nos ayudan a no olvidarnos de Dios, porque es allí cuando nuestra vida, nuestro alma y espíritu está más sensible a su presencia y más necesitados de Él.
El escritor de Eclesiastés en su sabiduría y experiencia propia sabia que hay tiempo para todo y por esa razón en el capitulo tres menciona los tiempos que en la vida se viven. Pero en especial me encanta el versículo once del capítulo tres que dice:
“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”.
Y es que a veces se nos olvida por lo menos dos cosas importantes que este versículo menciona y que son:
“Todo lo hizo hermoso en su tiempo…” y “…la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”.
Y es que muchas veces se nos olvidan que los tiempos de Dios son hermosos y sobre todo que su obra es de principio a fin, es decir que Dios no se queda a medias en nada, el termina lo que comienza.
Pueda que la historia de tu vida haya tenido momentos buenos y actualmente estés pasando por momentos malos, pero déjame decir que tu historia aun no ha finalizado, aun no llega a su fin, aun falta mucho y más aun sabiendo que Dios ha prometido que su obra es de principio a fin, El no ha terminado aun contigo.
El Salmista en el capitulo cuarenta y dos, versículo cinco menciona: “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”. Me encanta leer ese pasaje, porque me doy cuenta que el salmista era un hombre común y corriente como nosotros, un hombre que se sentía abatido por el momento que está experimentando, que sin duda tenía que ser muy difícil, pero en su misma frase reconoce una verdad para su vida que es: “Espera en Dios; porque aún he de alabarle…”, ¡Que tremenda palabra!
Y es que el salmista reconocía que pese a su mal momentos, esto aun no terminaba, su historia no llegaba al final, pues AUN HABIA DE ALABAR A DIOS, por lo que El habría de hacer en su vida.
Nosotros al igual que el salmista no podemos dar todo por perdido, porque nuestras historia aun no llega a su fin, pues Dios hará cosas maravillosas en nuestra vida, pues hay una clausula irrefutable en la Biblia que es: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. (Romanos 8:28)
¿Por qué te afliges, porque te abatas, porque te turbas?, ¡Tranquilo y Tranquila, tu historia aun no ha terminado!
Pueda que en este momento llores, pero tranquilo(a), pronto estarás riendo; pueda que en este momento estés pasando una enfermedad difícil, pero tranquila(o), pronto tendrás salud, pueda que estés pasando por escasez, pero tranquilo(a), pronto habrá provisión.
Los tiempos difíciles tienen que pasar, mas la recompensa de Dios en medio de tu fidelidad a Él es maravillosa.
Aun no se ha escrito el ultimo capitulo de tu historia, así que ¡Tranquilo(a)! Dios tiene un Final de Impacto y mucha bendición para tu vida.
¡Tu historia aun no ha finalizado!
Autor: Enrique Monterroza
Conocer el grado del amor con el que Jesús Cristo nos ama nos debería hacer quererle de tal forma que quedase reflejado en nuestras actitudes, nuestra conducta y nuestro compromiso.
La madurez espiritual se demuestra cuando sabemos activar nuestro conocimiento espiritual
* Te agradecería compartieras con tus amigos esta reflexión.
Con el mayor de mis respetos.
Saludos y Dios los Bendiga. *
SEÑOR Bendice NUESTRA CASITA Y Todo Aquel Que Esta leyendo Este Mensaje y su familia.
No olvides sonreír !!!..